Pilas y baterías usadas, más cerca del cajón que del cuidado ambiental

Junto a otros residuos eléctricos y electrónicos son potenciales contaminantes que requieren un tratamiento especial

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Las pilas del control, de la linterna, de las cámaras o de los relojes se van juntando en parajes de la casa más escondidos que apropiados para evitar sus potenciales daños y en cuestión de años pueden sumarse baterías de celulares, de computadoras. La incómoda montaña se puede ir para arriba con rezagos de la informática. De vez en cuando, la misma pregunta: ¿A dónde llevar todo eso y cumplir con las recomendaciones que plantean escenarios de grave contaminación en el caso de descartarlos junto a los residuos comunes o sin ningún tipo de cuidado.

De las consultas que realizó este diario entre organismos públicos, poco se pudo obtener al margen de un anuncio de puesta en marcha de un programa nueva durante los próximos días. En la Comuna, hace dos años anunció un plan de tratamiento con puntos de recepción en las delegaciones de las localidades, la “Casa Ecológica” del Bosque, el Parque Ecológico y la Dirección de Residuos, ubicada en 21 y 49.

Según una fuente consultada allí, ninguno de esos puntos tiene confirmación de que continúe en esa función. En contrapartida, adelantó que la semana próxima se hará un anuncio sobre un nuevo programa.

En la asociación “Nuevo Ambiente” se sostiene que “hay poca difusión” sobre lo que se debe hacer

Sin embargo, este diario pudo comprobar que en la “Casa Ecológica” siguen recibiendo pilas y baterías fuera de uso. También, según le explicó una empleada a un cronista de este diario, se puede llevar allí cartuchos de impresoras, teléfonos celulares y todo tipo de piezas electrónicas. En un contenedor verde de plástico -que de tan cargado tenía la tapa abierta- convivían toda clase de elementos de este tipo en el final de la semana.

En tanto, desde el Ministerio de Ambiente de la Provincia, se recomendó consultar una página web en la que se informa sobre cooperativas y organismos públicos de diversos puntos de la Provincia que trabajan con los denominados “Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos” (RAEE). Aparecen , el Programa de Inclusión Digital y Conciencia Ambiental EKOA- UNLP, con una planta situada en 3 entre 525 y 526; la Cooperativa de Trabajo Cartoneros Platenses Ltda., situada en 514 N° 4.992, Melchor Romero.

Formulario para una cita

Desde el programa universitario se indicó que en la web https://Ekoa.unlp.edu.ar ofrecen asesoramiento sobre los elementos que se reciben y se asignan turnos para llevarlos. Allí, en primer lugar se busca la opción de recuperar el equipamiento y de esa forma darle nuevo uso a través de donaciones.

Marcelo Garófalo, de la asociación “Nuevo Ambiente”, consideró que “hay poca difusión” y en general, la referida a qué hacer con los residuos “es una pregunta que realizan en forma constante quienes quieren efectuar un descarte de esos elementos en forma correcta”.

En ese sentido, opinó que “lo más importante es, en estos casos, difundir correctamente los lugares de recolección y, por supuesto, explicar la trazabilidad de cada cosa”.

Residuos peligrosos universales

Para tener en cuenta, en un artículo de divulgación de los investigadores de la UNLP, Franco Dubois, María Gallegos, Miguel Peluso y Jorge Sambeth, se señala que rige la Ley de Fuentes de Energía Eléctrica Portátil, “la cual prohibe en todo el país las pilas y baterías no recargables con un contenido de mercurio, cadmio y plomo mayor a 0.0005 %, 0.015 % y 0.200 % en peso respectivamente. Las pilas y baterías usadas y agotadas de generación industrial, comercial y hogareña, están clasificados como residuos peligrosos universales. Estos se encuentran en una zona gris con respecto a la legislación actual, ya que a su vez son residuos peligroso y residuo domiciliario, por lo que su tratamiento aún no está resuelta por ninguna normativa en nuestro país”.

 

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