"Naufragios": en escenarios solitarios la gente se abre un poco más

La cineasta Vanina Spataro coloca personajes rotos en una playa fuera de temporada y ellos se encuentran y desencuentran, en la película que se verá desde hoy al miércoles en el Cine Select

La playa es, al menos para las costumbres rioplatenses, un lugar de escape a menudo melancólico, de fuga. Como consecuencia, también ha sido escenario, en la vida y en el cine, de romances y crisis, de replanteos, encuentros y desencuentros: de esa materia está hecha “Naufragios”, película de Vanina Spataro que se verá desde hoy al miércoles en el cine Select del Pasaje Dardo Rocha, hoy con presencia de la directora.

Protagonizada por Alfonso Tort, Sofía Palomino, Maiamar Abrodos, Lautaro Bettoni, Mateo Chiarino y Romina Peluffo, la película, rodada en La Pedrera, cuenta una historia coral: Maite llega con el corazón lastimado a un balneario fuera de temporada donde unos pocos habitantes comparten sus vidas solitarias. Todos están heridos, esperando con resignación que alguien venga a rescatarlos. Una noche de tormenta aparece inconsciente en la playa un marinero que parece venir del pasado, incitando a cada uno a decidir retomar su vida o permanecer varados en la playa.

La historia es, dice la directora, una especie de almazuela de emociones, nacido de sus experiencias de juventud en La Pedrera, “donde pasé varios veranos en la primera juventud, esos veranos donde uno empieza a explorar el mundo, y donde encontraba personajes muy disímiles, personajes que no se hubieran encontrado de otra manera. Y todos tenían una rotura, una soledad”.

Esa percepción se unió a las ideas del coguionista, Daniel García Molt, que venía pensando historias de soledades, desamores, “gente que se encuentra en una geografía muy amplia y que a la vez no se encuentran con nadie”.

Con esos dos puntos de partida, “lo primero fue delinear los personajes antes que la trama”, afirma la realizadora. “Es una película de personajes”.

- En la película, los personajes tienen las emociones adentro. ¿Cómo se trabaja un guion donde los personajes no cuentan lo que les pasa?

Primero delineamos los personajes, y una inspiración fueron las marinas de Marcelo Rosatti, un pintor de La Pedrera cuyas obras aparecen en la película. Pinta marinas donde no hay gente, y pensé: ¿qué personas vivivirán en los cuadros de Marcelo Rosatti? A partir de allí, fuimos creando personajes con pinceladas, como si las pátinas de pintura van delineando a los personajes. Después, en el montaje, fueron dejadas de lado escenas en pos de algo más minimalista, para que el espectador tenga que descubrir qué le pasa a los personajes: creo que es más potente dejar que el espectador complete la información que darla masticada, que ser obvio, explicativo. Porque además, en el descubrir de uno, para llegar a lo profundo hay que desandar muchas cosas: como mi idea era trabajar esas soledades que no están a flor de piel, también pensaba que el trabajo del espectador en ir descubriendo permitiía una identificación más potente.

- En este ir y venir de los personajes, la película tiene elementos de comedia romántica. ¿Pensaste la película desde ahí?

- Yo siempre digo que es una comedia en tono melancólico, pero también es cierto que es una comedia romántica. Yo me encontré con el género de grande, cuando estudiaba cine. Y creo que sin que sea meloso, uno puede contar que los finales felices no son para subestimar. La película, además, fue filmada después de pandemia, con toda la introspección que eso implicó y con la necesidad de que algo mejor surja. Entonces, tiene algo mío: necesitaba creer que de los vínculos, las amistades, puede surgir una mejor persona.

- ¿Qué pasa en la playa, que lleva a los replanteos?

- Esta no es una película de vacaciones, sino una película de escapadas, porque no es temporada. Entonces, tal vez, en ese silencio, sin la rutina, sin obligaciones, te empezás a replantear problemas de larga data. Y eso es lo que le pasa a los personajes, traen miedos, dolores atávicos, que los frenan, no los dejan avanzar hacia lo que la vida les depara. Ahí aparece la metáfora: están naufragados, en una playa, en un sinfín de días donde no pasa nada. 

- ¿Cómo es estrenar en este contexto del cine nacional?

- Para el cine nacional es un momento muy duro, los apoyos que solíamos tener no están. Pero a la vez, siento que el público está, paradójicamente, más interesado, más generoso: los momentos más oscuros muchas veces se tornan luminosos.

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