Rubén Picasso
Edición Impresa | 6 de Julio de 2024 | 04:18

Tan querido por su manera de ser como respetado por el vigor con el que llevó adelante la actividad, el ambiente de las librerías y papelerías de la Ciudad sintió profundamente el fallecimiento de Rubén Picasso, comerciante y dirigente del sector.
“Pocho”, como lo llamaban sus familiares y amigos, había nacido el 20 de septiembre de 1937 en La Plata. Hijo de un viajante de comercio -Fernando Picasso- y de una ama de casa -Elina Monjes-, fue el sexto hijo del matrimonio. Como sus padres y el resto de familia se mudó a otra ciudad, desde la adolescencia se hizo cargo de sí mismo: se quedó viviendo en una pensión, continuó con sus estudios en el “Albert Thomas” hasta recibirse de maestro mayor de obras, y comenzó a trabajar muy joven, haciendo de todo, desde tareas en YPF hasta pintar lavarropas como cuentapropista.
En 1960 abrió junto a un amigo su primera librería en un local de 50 entre 13 y 14; al tiempo, ya como único dueño, trasladó el comercio a diagonal 74 entre 48 y 49. Allí dio algunas muestras de su espíritu progresista, pues adquirió la primera fotocopiadora que tuvo la Ciudad, y lo hizo en una zona cercana a los Tribunales donde ese innovador servicio contaba con una muy alta demanda.
Pasaron un poco más de dos décadas cuando tuvo la oportunidad de convertirse en propietario de un local, y llevó entonces la actividad a la calle 62 entre 21 y 22. Desde ese espacio desplegó todo tu saber del oficio, hizo de la iniciativa un negocio familiar y se involucró con un gran compromiso en la defensa mancomunada del sector, ya que participó como integrante de la Cámara de Librerías, Papelerías y Afines de La Plata y de la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Afines. Presidió, oportunamente, ambas entidades.
Desde 2013 y ya en manos de su hijo Mariano, el comercio se radicó en la esquina de diagonal 74 y 63.
Fue, según la descripción de su persona resaltada por colegas, un “librero/papelero apasionado”, como también “más que un dirigente gremial, un puente entre empresas, librerías, artistas y amantes del arte y la cultura”.
Dentro de los deportes lo entusiasmó durante largos años la pelota paleta, disciplina que practicó desde el Club de Pelota Paleta de La Plata y que le valió el nacimiento de sólidas relaciones de amistad. También fue presidente de esa institución.
Con su primera mujer, Beatriz Donadio, tuvo a sus hijos Pablo y los mellizos Martín y Mariano; hace unos años se unió a Elida Cobas. Tuvo 8 nietos.
Fervoroso hincha de Estudiantes, llegó a ser socio vitalicio del club.
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