VIDEO. ¡Rendirse jamás! Emotiva historia de superación en La Plata: “Soy un millonario de amor y amistad”
Edición Impresa | 8 de Julio de 2024 | 03:53

Por MARTIN CABRERA
El día que se enteró que tenía ELA sufrió un baldazo de agua fría. Fue un golpe que no esperaba. Nadie está preparado para algo así. Sintió miedo y angustia. Mucha. Pero al mismo tiempo la necesidad de estar bien fuerte para seguir siendo el sostén de su familia. del barrio y de su grupo amigos. Siempre fue así y no podía atravesar este momento de otra manera. Por eso le dicen el Toro y por eso hoy está cosechando lo sembrado anteriormente. A continuación, la historia de Hernán Cruz Merlo, exjugador de rugby de San Luis, maratonista y traumatólogo platense de 50 años, de quien hoy a las 18 horas en la Casona del club se estrenará un documental titulado “MI primera loCURA”.
El trabajo, realizado por Adrián Santucho, repasa el momento en el cual se animó a participar del maratón de Buenos Aires, sus andanzas suyas, las de un grupo de amigos y el deseo de estar presente en el de este año. Pero, en definitiva, es un relato que busca concientizar sobre una enfermedad que hoy no tiene cura, que demanda de un esfuerzo económico muy alto y requiere de una fuerza de voluntad admirable e inquebrantable a la vez.
“En julio de 2021 me detectaron la enfermedad y lo que más me preocupó fue qué podía pasar con mi familia. Fue un baldazo de agua helada por el pronóstico que tiene y por la heterogeneidad de las evoluciones con la que se presenta en cada uno de los pacientes”, le respondió el Toro a EL DIA a través de una computadora, Iris Bond, con la que tuvo que empezar a comunicarse una vez que no pudo hablar más. Es una tablet que tiene un programa que permite ser manejada por el iris de los ojos.
Juan Cruz y Juana, sus hijos, Soledad Ripa, su esposa y él, en una tarde en Chascomús / EL DIA
Merlo, el menor de una familia platense de nueve hermanos, se recibió de médico en 1998 e hizo la Residencia en el hospital San Roque de Gonnet. En 2004 le ofrecieron trabajo en Chascomús y allí se radicó junto a su esposa Soledad Ripa y sus hijos Juan Cruz (18 años) y Juana (15). Allí trabajó en el hospital San Vicente De Paul. “Es muy querido por sus pacientes”, afirma su esposa. Lo mismo había contado su colega Diego Prat, una persona fundamental en su vida.
“A Hernán se le empezó a disparar la enfermedad en el quirófano. Empezó a sentir dificultades para manejar las pinzas con su mano derecha. Luego para mover un pie... No hay manera de prevenirla y solo tratamientos costosos para ralentizar el progreso de la enfermedad”, explicó el Dr. Prat, vecino suyo y motor del documental. Trabajó hasta julio de 2022, un año después de que se le detectara la Esclerosis Lateral Amiotrófica.
El año pasado se animó a participar de la mencionada competencia. Fue junto a Walter Sullings, un chascomunense que sufre la misma enfermedad. Fueron despedidos como héroes por toda la ciudad. En la Ciudad de Buenos Aires los esperó un importante grupo de amigos y profesionales con los que realizaron la travesía.
El Toro jugaba de tercera línea en la categoría 1973 de San Luis. Era, además, el capitán del equipo. Fue de los grandes jugadores que aportó a la Superior, como Javier Verzzini y Federico Condorelli. El primero de ellos es uno de los que organiza todos los sábados la visita de los amigos a su casa en Chascomús.
“Cuando uno es joven y sano no tiene nada de qué preocuparse, pero cuando se trata de una enfermedad que todavía no tiene cura uno empieza a replantearse en la vida. Mi familia es la piedra fundamental para que esté feliz y contento. Están en el día a día. Soledad es la mujer que lo puede todo. Y si no tiene el apoyo de un montón de personas que la ayudan a solucionarlas. mis hijos están junto a ella, salvo cuando tienen que ir al colegio o a la facultad. Son los motores que hacen posible todo lo imposible para mí. Laura, mi cuidadora, también forma parte de mi familia”, siguió con su relato y confesó que los viernes su casa se llena de amigos de Chascomús y los sábados los de La Plata, con los que mira todos los partidos de San Luis. “Entre semana vienen mis amigos médicos. Por eso digo que soy millonario de amor y amistad”.
En el verano 2022 se fue de vacaciones con sus amigos de la categoría 1973 de San Luis. Ya tenía ELA
Cada persona es diferente a la otra. No hay dos que puedan resolver una adversidad en la vida de la misma manera. Muchos se preguntarán qué hacer en una situación similar. Él responde: “Lo que me dio esta enfermedad es simplemente poder ver las cosas de una manera muy distinta a la que estamos acostumbrados. Vivía a mil por hora aunque hace 20 años que nos mudamos a Chascomús, donde todo se detiene a la hora de la siesta. Todo el tiempo estaba trabajando o entrenando para una carrera. No hace falta estar todo el dia fuera de casa para llegar cansado y no tener tiempo para disfrutar de mi esposa y mis hijos. No fui mal padre o esposo, está claro, pero me arrepiento de no haberlos podido disfrutar más tiempo. El consejo, si me lo permiten, es que no hay que preocuparse por cosas tontas o banales. Hay que ser mucho más piolas y no ver que siempre todo está en nuestra contra”.
Está claro que la situación de su vida tuvo un quiebre el día que le detectaron ELA. “Siempre fui medio llorón pero ahora me emociono por todo. Tengo los sentidos muy agudizados y la cabeza parece que me funciona bastante bien”.
“Doy gracias a Dios por poder, todavía, expresar mis sentimientos a familiares y amigos. Esta enfermedad me acercó a los míos: con Soledad volvimos a ser novios y a mis hijos disfruto verlos crecer. Me unió mucho más a mis hermanos, cuñados, sobrinos y amigos. Y no quiero olvidar a mi madre, de quien disfruto cara caricia. No soy ejemplo de nada, ejemplo son todos los que me ayudan día a día sin pedir nada a cambio. La vida es hoy y hay que vivirla”, cerró su contacto con este diario antes de viajar a La Plata, en donde hoy presentará Mi primera LoCura. Y, seguramente, se emocionará como todos los presentes.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE