En un clima de alta necesidad consiguió la dosis perfecta de alivio con el brillo de Benjamín
Edición Impresa | 10 de Agosto de 2024 | 04:21

Martín Mendinueta
@firmamendinueta
Sufrida y exigente, pero la noche de Gimnasia terminó siendo perfecta. Jugando un partido serio de principio a fin, con la mejor versión en el primer tiempo y Benjamín Domínguez como incuestionable figura del partido, mereció y consiguió todo lo que necesitaba.
Después de varias y duras caídas, el equipo de Méndez se plantó en Avellaneda con firme carácter y una practicidad elogiable para desarrollar las distintas facetas del juego.
Sostenido por el esfuerzo generalizado y por varias actuaciones individuales muy positivas, desnudó la impotencia de Racing, que no mereció el empate que estuvo cerca de alcanzar cuando el árbitro Arasa cobró un penal muy polémico (típico de los tiempos que corren). El fortísimo remate de Maravilla Martínez, que rebotó en el travesaño, fue el condimento que le terminó otorgando todavía más importancia y dramatismo al éxito.
Justo cuando se habla tanto del manifiesto interés de Talleres por llevarse al jugador más destacado de la noche, Domínguez “habló” con los pies. Cada intervención suyasignificó peligro extremo para el rival y el desahogo ideal para sus compañeros. Fue su mejor producción desde que debutó en Primera.
elogiable primer tiempo por seriedad y actitud ganadora
Salvo una aparición de Roger Martínez con un cabezazo de extremo peligro, lo que hizo el Lobo en la etapa inicial fue para el reconocimiento unánime.
Sin demostrar miedo, con personalidad, bien escalonado para la marca y lúcido a la hora de atacar, puso incómodo a Racing hasta lograr que se sintiera impotente. En la más seductora versión de Benjamín Domínguez de los últimos meses, el equipo irradió una inconfundible imagen de serenidad y confianza.
Lo que tanto deseaba observar cada hincha tripero lo encontró en el capítulo que reinstaló la calma y cortó la preocupación que tanto había aumentado durante las últimas semanas.
le faltó una pizca de precisión para engordar la diferencia
Racing cumplió con la obligación de ir para adelante durante todo el complemento, pero jamás se lo observó punzante ni fino en los metros finales.
Gimnasia supo aguantar en defensa y contragolpear utilizando los toques necesarios. Si hubiera estado más preciso frente al arco donde Cambeses reemplazó a Arias, el partido podría haberse resuelto sin tener que vivir los nervios y la angustia del tramo final.
Gimnasia pasará, después de muchos días complicados, un fin de semana abrigado por la serenidad de haber cumplido con creces. Jugó bien, no ganó por una brisa de buena suerte y lo consiguió justo cuando la presión de su propio ambiente más lo estaba incomodando.
Inhibiendo cualquier tipo de reproche y cosechando una cuota de reconocimiento merecida, el Lobo supo plantarse para construir un corte fundamental.
Después de tantas críticas, se sintió feliz. Generó alivio en estado puro y durmió en paz.
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