Alerta: la pobreza en el Gran La Plata subió 50% y la indigencia se duplicó
Edición Impresa | 11 de Agosto de 2024 | 02:45

Esteban Pérez Fernández
eperezfernandez@eldia.com
Las cifras oficiales de pobreza en el Gran La Plata que se conocieron hace pocos días desnudan la cruda realidad social de nuestro país, que en nuestra Región muestra particularidades sorprendentes no solo desde el punto de vista estadístico, sino por sus consecuencias sociales.
En apenas 9 meses, en el período comprendido entre el primer semestre de 2023 y el primer trimestre de 2024, la cantidad de personas en situación de pobreza se incrementó un 50% y las que cayeron en la indigencia más que se duplicaron, aumentando un 105% en el aglomerado que el Indec denomina Gran La Plata y que comprende a nuestra Ciudad, más Berisso y Ensenada.
Según las cifras oficiales, en el primer trimestre de este año en nuestra Región registraron 52,3% de pobres y 20,1% de indigentes, contra el 44,2% de pobres y 15,7% de indigentes medidos en el final del segundo semestre de 2023 y el 35% de pobres y 9,8% de indigentes del primer semestre del año pasado.
Así, en nuestra Región había 322.422 a finales del primer semestre de 2023, y esa cifra subió a 409.401 para finales del año pasado y trepó a 484.400 cuando concluyó el primer trimestre de este año. Es decir, la cifra creció en 161.978 personas, el equivalente casi a dos poblaciones completas de la localidad de City Bell.
Son cifras preocupantes por lo altas en cuanto a la suba porcentual, que significan miles de vecinos que no solo tienen problemas para llegar a fin de mes, sino también para hacer las cuatro comidas diarias.
Como contrapartida, y ante una consulta de este diario al director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Agustín Salvia, también se observa que hay “una de cal y una de arena”: el indicador de pobreza podría moderarse en el segundo semestre del año por la recuperación paulatina del poder adquisitivo y por el aumento en los montos de los planes sociales.
En este fenómeno incide la ya no tan nueva realidad del mercado laboral argentino, en el que miles de trabajadores tanto registrados como no registrados no llegan a cubrir la canasta básica y cayeron bajo la línea de pobreza.
La Universidad Católica Argentina, a través de este observatorio, mide con detalle los indicadores de pobreza e indigencia de todo el país y es la mayor fuente de referencia entre las mediciones privadas. Para esta entidad, la devaluación y la inflación, combinadas con los limitados aumentos salariales que en la mayoría de los casos no llegaron ni siquiera a igualar a la inflación, explican en parte el agravamiento de la situación social que afecta todavía más a los niños, ya que en todo el país casi 7 de cada 10 viven en la pobreza y de esos, 3 de cada 10 son indigentes, advirtieron desde la universidad privada.
Según se estima, el 69,7% de los niños sería pobre, y el 30%, indigente. De acuerdo a estos datos, sobre poco más de 11 millones de menores de 14 años, 7,7 millones viven en hogares pobres y de ellos, 3,3 millones son indigentes.
Además, una familia tipo de cuatro miembros necesitó $873.169 para no ser pobre en junio -el último dato oficial del Indec- y necesitó $393.319 para no ser indigente.
Para un solo adulto, la medición de junio marcó que la Canasta Básica Total llegó a $282.579 y la Canasta Básica Alimentaria costó $127.288.
La canasta básica total, además de alimentos, incluye varios ítems del gasto de los hogares, como indumentaria, salud, transporte o educación, y determina la línea de pobreza. La canasta básica alimentaria se limita a relevar bienes de primera necesidad y establece la línea de indigencia.
Por eso, la devaluación, la inflación, la pérdida de poder adquisitivo y de empleo -tanto formal como informal- y el fuerte incremento del costo de la canastas básicas fueron un combo explosivo para que en la medición nacional la pobreza alcanzara al 54,8% de las personas en el primer trimestre de 2024. Cifras que vienen creciendo en forma alarmante no solo desde el inicio de la gestión de Javier Milei, sino también en la gestión de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa con su “plan platita” sustentando en una emisión monetaria desbocada.
Otro número aparece como más dramático: el 20,3% de las personas quedaron en situación de indigencia.
Para Salvia, la pobreza podría retroceder, pero lo que más preocupa es la indigencia. “Hay gente de clase media y media baja que puede entrar y salir de la pobreza por mejoras en el poder adquisitivo o cambio de empleos. No así en la indigencia, que sería la pobreza estructural y que es más rígida. Ese número preocupa más”.
Teniendo al tope de la tabla de pobreza al Gran Resistencia con el 79,5% y ala Ciudad de Buenos Aires en la parte más baja con el 25,4%, nuestra Región está en la línea de otras ciudades como Mar del Plata y San Nicolás (52,2%); Gran Mendoza (52,5%); Río Cuarto (53,5%); Río Gallegos (53,8%) y Jujuy (54,1%).
Como se puede interpretar a partir de los números, una conformación heterogénea en estos conglomerados que tienen a más de la mitad de su población en la pobreza, ya que aparecen ciudades consideradas a priori como estructuras sin una gran incidencia de la pobreza estructural, pero que hoy conviven con estos datos que consolidan otra realidad social muy distinta.
El Conurbano se despega con el 61,9% y las regiones más castigadas y los casos más impactantes son los de Formosa (72,1% de pobreza), La Rioja (68%); Santiago del Estero (67,1%) y Concordia (67%).
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