Dos peligrosos nudos viales en 19 entre 51 y 53

Giros a la izquierda, roces, maniobras temerarias, alto tránsito de bicicletas y transporte pesado generan un cuadro de sumo riesgo

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El caótico tránsito vehicular de la Ciudad tiene dos nudos viales difíciles de desatar: están en 19 en las esquinas de 51 y 53, donde se conjugan distintos factores que provocan una “tormenta” perfecta: giros a la izquierda, intenso paso de micros y camiones que llevan mercadería a los distintos comercios que hay en la zona, cruza una ciclovía y la mayoría de los peatones prácticamente se persignan antes de atravesar esos cruces.

Si bien, por el momento, no hay muchos accidentes de tránsito graves en esas esquinas, siempre el riesgo está presente, en distintos horarios. En las franjas de alta intensidad vehicular resulta un milagro que no se produzcan colisiones.

Preparadas para otra densidad vehicular, esos cruces se transformaron en una amenaza latente. Distintos especialistas consultados aseguran que hay que hacer un estudio meticuloso del flujo vehicular y tomar decisiones. Los “atajos” que significan girar a la izquierda para quienes circulan por 19 en dirección ascendente reducen el tiempo y la distancia para conectarse con plaza Moreno, de lo contrario habría que hacer tramos muchos más extensos, costosos en tiempo y combustible.

La extensa franja de pavimento que hay entre rambla y rambla en 51 y en 53 genera que hasta media docena de vehículos queden en espera para girar a la izquierda. Mientras algunos esperan pacientemente para seguir su curso, a fuerza de mucha paciencia para soportar los bocinazos, otros se arriesgan a maniobras temerarias que terminan en choques leves, principalmente con daños materiales, sin víctimas de mayor consideración.

Los que llevan las de perder son los motociclistas y ciclistas. En el primer caso, los deliverys pasan entre los vehículos al filo de chocar o ser embestidos, y los ciclistas, principalmente en 53, en la continuidad de la ciclovía, tienen que apelar a sus mejores reflejos para no ser atropellados.

Los peatones, por su parte, tratan de cruzar cómo pueden por esa zona, a pesar de que haya sendas peatonales bien demarcadas. A pesar de su prioridad como peatones en el cruce de una calle, son el último eslabón de la cadena en el ecosistema vial y en estos dos cruces se los hacen sentir minuto a minuto.

Algunos vecinos de la zona plantearon que “se puede hacer alguna intervención con bolardos (los palos amarillos) para delimitar zonas y no dejar tanto espacio para los giros a la izquierda, tanto para los que circulan por 19 como para quienes lo hacen por 51 y por 53”. No son pocos los frentistas que en el barrio recuerdan que en 7 y 51 se instalaron bolardos y se prohibió el giro a la izquierda, incluso se llegó a eliminar el giro en el semáforo que por décadas lo permitió. Luego de instalados, y tras el paso del tiempo, distintos sectores los rechazaron.

 

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