Etiquetados: información nutricional con poco eco

Almaceneros y en el sector supermercados dicen que son escasos los clientes que prestan atención al etiquetado frontal

Edición Impresa

A más dos años de la implementación de la Ley de Etiquetado Frontal, distintos comerciantes afirman que las ventas no han sufrido bajas por los octógonos negros que aparecen en los paquetes de alimentos y bebidas. Además, aclaran que existen ciertos sectores que ponen más atención en su lectura pero que aún así, mayormente, no hay un desaliento en el consumo. En diciembre pasado hubo modificaciones en el Manual de Aplicación de la Ley de Etiquetado Frontal, dispuestos por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y se aguarda que en los próximos días se pueda visualizar ese cambio.

En diálogo con EL DÍA, Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires sostuvo que “las empresas al comienzo se resistieron a esto, pero al final no fue el impacto que a ellos les preocupaba”. En la misma línea de descubrimiento estuvieron sus clientes, que al ver “algo nuevo” posaron ahí su atención, pero luego al verlo todos los días “no le dan tanta importancia”.

Lo cierto es que, a pesar de lo pensado por las grandes industrias alimenticias, los consumidores no dejaron de comprar ciertos productos por tener los octógonos. “En general es buena (la ley) y sirve para aquellos que querían saber lo que realmente estaban consumiendo” relata Ricardo Cuevas, Presidente del Centro de Almacenero y Afines de Berisso. Al menos en los barrios de Berisso no mueve la aguja”. Una opinión similar tuvieron almaceneros y supermercadistas de La Plata.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, 1 de cada 10 personas leen la información nutricional y la mitad de los que la leen, dicen entenderla. En este sentido, los vendedores apuntan a determinados sectores sociales que sí ponen el foco de interés hacia los avisos, como las personas de dieta vegetariana o vegana, celíacos o diabéticos. “Los semáforos dan la posibilidad de que la gente pueda visualizar mas fácilmente el contenido del producto” explica Savore. Seguido a estos grupos determinados, se le suma la gente de la “tercera edad”, a quienes los ayudó en la clara lectura a la hora de la compra.

Los cambios que implementaron fueron impulsados por la ANMAT. Se espera que la norma se vea reflejada en estos días, cuando las fábricas comiencen a distribuir los alimentos rotulados según las nuevas pautas. La nueva reglamentación está basada en el perfil nutricional establecido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), pero introduce un cambio clave: el cálculo de nutrientes excesivos, como grasas, azúcares, sodio y calorías, indicados únicamente los ingredientes añadidos durante la producción, no los intrínsecos de los alimentos.

La ley N º27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, conocida como Ley de “Etiquetado frontal”, surgió el 26 de octubre de 2021, y empezó a aplicarse en agosto de 2022.

Especialistas en nutrición indicaron que por la implementación del etiquetado frontal, los efectos que se produjeron fueron “positivos” en cuanto a la libertad de acceso al derecho de información. En esta línea, Laura Salzman, presidenta del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires, afirma que “los sellos no inhiben la compra pero si interpelan. Al tener esta herramienta a la vista ayuda a tomar decisiones conscientes sobre los hábitos alimenticios y la educación en salud”, agregó la profesional.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE