Pobreza estructural: la sufre el 61% de la población argentina
Edición Impresa | 23 de Enero de 2025 | 02:02

Una medición del Gobierno nacional que evalúa la pobreza de una manera multidimensional muestra que el 61% de las familias argentinas no llega a cubrir la canasta total o sufre problemas de acceso a la vivienda, la salud, la seguridad social o la educación.
La medición, que corresponde a mediados del año pasado, se basa en un índice alternativo al del INDEC elaborado por el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales que pertenece al Ministerio de Capital Humano. Se trata del Indicador de Pobreza Multidimensional (IPM), que mide la pobreza estructural más allá del costo de la canasta básica.
Iniciada y discontinuada durante el gobierno de Alberto Fernández, esta forma de medición toma como criterios el acceso a vivienda, hábitat y servicios básicos, educación, empleo y protección social y salud; es decir que se enfoca más en derechos vulnerados que en los ingresos económicos mensuales de un hogar.
Fue al cruzar los datos obtenidos de pobreza multidimensional con los de ingresos mensuales -el método tradicional del Indec- que la medición oficial expuso que un 61% de la población argentina se hallaba a mitad del año pasado en una situación de carencias estructurales, lo que implica un incremento respecto al 55,4% registrado en 2023.
LO QUE SE MIDIÓ
Al detallar los aspectos que analiza el Indicador de Pobreza Multidimensional, desde el Consejo explicaron que para Vivienda se toma en consideración las condiciones de hacinamiento o de tenencia insegura; para Hábitat y Servicios Básicos se toman en cuenta condiciones sanitarias deficientes o de vivienda ubicada en zona vulnerable; para Educación, la inasistencia escolar, el rezago o un logro educativo insuficiente; para Empleo y protección social, las dificultades de acceder a empleo remunerado, precariedad laboral y déficit de cobertura previsional; y para Salud se considera la ausencia de doble cobertura de salud (obra social o prepaga).
Esta modalidad de medición “se inscribe en la necesidad que varios países expresan de complementar la medición de la pobreza desde el ingreso como único componente o dimensión y dar cuenta de la diversidad de situaciones que la misma asume”, comentaron desde el Consejo.
Y es que “el Indicador de Pobreza Multidimensional permite realizar un análisis basado en múltiples dimensiones dando cuenta de una realidad social compleja. Esta perspectiva sintetiza las características de las condiciones de vida de las personas y familias vulneradas en sus derechos permitiendo así incidir de una manera más apropiada en la toma de decisiones sobre políticas públicas”, definieron.
EFECTO DEVALUACIÓN
En términos de indicadores sociales, la medición oficial muestra que el impacto de la devaluación, el pico inflacionario y la recesión fue inmediato en la pobreza y tuvo algún rezago en los índices laborales. La secuencia fue de una mejora en el segundo semestre por la baja de la inflación y una canasta alimentaria que aumentó menos que el IPC. En términos de empleo la economía todavía no recuperaron todos los puestos de trabajo perdidos en el proceso.
El indicador multidimensional mide la pobreza más allá de los ingresos del hogar
La pobreza tuvo un último dato “oficial” antes de fin de año, por fuera de los informes semestrales del Indec. Pero la actualización más reciente de la incidencia de la pobreza se dio a conocer en septiembre. La pobreza avanzó hasta 52,9% en el primer semestre del año y así alcanzaba a 24,9 millones de personas en todo el país.
El primer semestre del año estuvo marcado por una aceleración inicial de la inflación, que alcanzó un ritmo de aumento de precios cercano al 4% mensual desde mayo y que se fue desacelerando luego hasta el 2,7% en diciembre. En este contexto, el poder adquisitivo de los salarios sufrió una caída significativa, pero empezó a recuperar terreno conforme la inflación desaceleró, aunque sin compensar del todo las pérdidas acumuladas en el último año.
De todas formas, antes de fin de año, un cálculo hecho también por el Ministerio de Capital Humano señala que, en el tercer trimestre del año pasado, la pobreza habría disminuido al 38,9%, atribuyendo esta baja a la desaceleración de la inflación y al refuerzo de programas sociales como la Asignación Universal por Hijo.
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