Invertir desde el pozo, una opción con pros y contras
Edición Impresa | 26 de Enero de 2025 | 02:19

Emprender desde el pozo, como lo llaman los martilleros públicos, asesores inmobiliarios, desarrolladores y constructores de la Ciudad, es una alternativa que ganó algunos adeptos en los últimos años. Así se dio a partir de la decisión de aquellos vecinos que disponían de un ingreso suficiente o algún tipo de ahorro que los llevó a volcarse por esta opción para invertir y generar rentabilidad o acercarse al acceso a una futura vivienda.
Emprender o invertir desde el pozo consta de un tipo de estrategia de financiación colectiva, conocida como crowdfunding. En general, al inicio se hace un adelanto de dinero y luego se paga cuotas mensuales para entrar en el proyecto que, en un plazo determinado (entre 24 y 48 meses, según el proceso en el que esté la maqueta a edificar), desarrollará un edificio con diferentes departamentos y unidades. El valor de estas propiedades -una vez finalizadas las obras- generará una rentabilidad porcentual tal como para consumar la inversión, ya sea en pesos o dólares.
En contacto con EL DIA, el martillero público Ramón Penayo destacó: “Es importante contar con un ingreso suficiente para no tener complicaciones a la hora del pago de las cuotas, que suelen ser altas y no generan beneficios inmediatos, como podría hacerlo un alquiler”. “Normalmente, el que entra en un emprendimiento en pozo ya tiene los dólares y los administra en cuotas”, agregó.
A modo de consejo profesional, remarcó: “Siempre se deben buscar empresas serias que desarrollen pozos ya que hay muchos edificios que han quedado a medio construir, y lo que puede ser un sueño termina convirtiéndose en una pesadilla”.
En esa línea, Penayo advirtió: “Hay que evitar dejarse llevar por el oportunismo o las modas. Muchas veces la gente se aventura en algo sin tener experiencia y eso puede ser un error grave”.
“El tiempo estimado de una obra suele ser de 24 meses, pero es común que haya atrasos”, avisó el profesional inmobiliario.
Por su lado, el martillero público Francisco Errico, señaló que “los emprendimientos duran entre 30 y 36 meses”. “En líneas generales, para entrar a un proyecto desde el pozo se pide entre 35% y 50% de anticipo de dinero sobre el precio total de la unidad a adquirir. El resto del valor se pagará desde 24 hasta 40 cuotas según el proyecto. Hoy, las mensualidades solo se hacen en pesos y se ajustan por índice CAC (Costo de la Construcción, que en diciembre fue de 2,08%)”, explicó.
En suma, el experto precisó: “El monto mínimo ronda los 15.000 dólares de adelanto, mientras que las rentabilidades son relativas, pero suelen rondar entre 15% y 30%”.
Errico dejó en claro que “el asesoramiento no es financiero. Los inversionistas de pozo lo que buscan es resguardar su dinero en alguien que les genere confianza”. Además, auspició: “El mercado inmobiliario está en alza, con valores del metro cuadrado recuperándose desde la pandemia, alcanzando entre 1.200 y 1.500 dólares, lo que augura una rentabilidad creciente para los inversores”.
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