Paro, calor y fastidio en la odisea del tren por un conflicto que crece

Miles de usuarios platenses se vieron perjudicados por el corte de actividades en horas pico. Muchos tuvieron que recurrir al micro

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A las complicaciones que pueden presentarse habitualmente, se sumó ahora un conflicto en los trenes que ayer transformó en una nueva odisea el viaje entre La Plata y la capital federal. Ganaron espacio el desconcierto, el fastidio y la demora con cambios de ruta improvisados.

El paro nacional pactado de 9 a 15, aunque en realidad duró un poco más, perjudicó a los usuarios de nuestra ciudad habituales, quienes últimamente suman problemas por reducciones de frecuencia, cortes por obras o trenes que van a tranco lento.

Y las cosas que no mejoran: la negociación entre el sindicato La Fraternidad y Ferrocarriles Argentinos no avanzó ayer se anunció una nueva huelga con corte total del servicio para las próximas semanas (ver aparte).

El conflicto no es reciente. Viene con debates y medidas desde el año pasado y afecta a miles de usuarios de la Región. Muchos, tuvieron que cambiar el transporte -pasando del tren al micro- o ausentarse de sus quehaceres, dañando, en algunos casos, su jornada laboral.

Claudia, usuaria de la línea Roca, contó asombrada: “Me tocó ir a la terminal a las 9 de la mañana y tomarme el micro que va para capital. Fue algo que no me lo esperaba porque no sabía nada”.

Tras el retorno de las actividades a partir de las 15, muchos pasajeros pudieron volver en el ramal que une Constitución con La Plata. “Fue impresionante, Constitución estaba explotada. Cuando se levantó la medida y comenzaron a salir los primeros trenes, entre el calor y la molestia de la masividad de gente, fue todo un descontrol”, relató la joven, quien también explicó que se “toma el tren por la diferencia económica con otros medios de transporte”.

Isaías, otro usuario habitual del ferrocarril remarcó que “estuvo complicado” al no saber el horario de reanudación del servicio. “Vine temprano a la estación de La Plata y tuve que quedarme como hasta las 15. Ahí, los trabajadores y las pantallas, anunciaron el horario en el que salía e primer tren”.

La medida de fuerza que llevó a cabo La Fraternidad irrumpió todos los servicios de ferrocarriles a nivel nacional y las que recurren el amplio tendido del Conurbano.

El ramal La Plata-Constitución cuenta con 19 estaciones y moviliza a centenares de miles de pasajeros. De ese total, unos 15.000 viajan diariamente de las estaciones de la zona Norte local (La Plata-Villa Elisa).

Luciano, un vecino de Villa Elisa empleado en el centro de la Ciudad, eligió tomarse el colectivo para poder llegar a su lugar de trabajo. “Salí más temprano de lo habitual porque en tren son 25 minutos de viaje y con el micro el recorrido es más largo, con más tiempo y encima más caro”, expresó el pasajero.

Pero la medida de fuerza, no solo afectó a los viajeros frecuentes, sino también a los vendedores que trabajan alrededor de la Estación de Trenes.

“Siempre vengo a las 11 de la mañana y me voy a las 17, que es cuando vendo todo. Pero generalmente los días de paro baja mucho el trabajo, porque la gente que se acerca es menos” detalló Soledad, una comerciante con un puesto callejero de sandwich de milanesas, empanadas y bebidas.

Si bien la medida de corte duró 6 horas y algunos usuarios pudieron tomarse los primeros servicios de la mañana, la mayor franja de pasajeros se registra entre las 8.30 y las 9, justo cuando se paró todo.

A pesar de las reiteradas quejas, que los usuarios de la Región realizan a este diario, por la falta de frecuencia y alta demanda de los servicios de viajes hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, muchos platenses optaron por el inusual uso de los ómnibus.

Con motivo de la incertidumbre generada sobre la velocidad de circulación y recorrido del ferrocarril, el paisaje de la Terminal de la Ciudad se vio con más movimiento que en su cotidianidad.

Braian, empleado de una de las empresas que realiza viajes a Capital Federal, remarcó que “se movió mucha más gente. Sobre todo, en el servicio de Centenario porque hay muchos vecinos que al no poder tomarse el tren, se subieron en las paradas de la avenida”.

El diagrama de verano que tienen estas empresas de transporte urbano generó molestia en los pasajeros que suelen preferirlo por “comodidad y velocidad”, ya que deben esperar entre 20 a 30 minutos para arribar.

“Últimamente estamos esperando mucho tiempo para viajar, pero aún así es mucho más rápido que el tren, que tiene servicio irregular” expresó Daniel, usuario diario del servicio.

En ese marco, la huelga, no solo generó una pérdida de más de 100 millones de pesos en pasajes pagos para el Estado, sino que trastornó la corriente rutina de miles de vecinos y vecinas de la Región, tanto con ausencias laborales, como en su gasto cotidiano.

 

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