Continúan los ataques de “tirapiedras”: “Se deben divertir con el dolor ajeno”

Cada vez que un micro se aproxima a la bajada de la autopista Buenos Aires - La Plata en el kilómetro 52, los pasajeros contienen la respiración y algunos incluso rezan.

No es una exageración: desde hace años, ese tramo que conecta con la rotonda de Diagonal 74 y 120 se ha convertido en una zona de peligro inminente debido a los ataques con piedras perpetrados por grupos de jóvenes.

Lejos de tratarse de una modalidad delictiva con fines de robo, como sucedía en otros tiempos, estos ataques parecen responder a un propósito mucho más inquietante: la simple “diversión” de ver el caos y el dolor ajeno.

En las últimas horas, dos unidades de transporte de media distancia fueron blanco de estas agresiones. Un colectivo de la línea 129 de Misión Buenos Aires y otro de la línea 195 de Metropol resultaron con las ventanillas destrozadas tras recibir una lluvia de proyectiles. Afortunadamente, ninguno de los pasajeros sufrió heridas de gravedad, gracias a que las cortinas del interior estaban desplegadas y ayudaron a contener el impacto de los vidrios rotos.

Sin embargo, el terror se renueva cada día para quienes deben atravesar esta peligrosa zona. “No sabemos cuándo nos va a tocar a nosotros”, confiesa un chofer que prefiere mantenerse en el anonimato. “Es un milagro que todavía no haya habido una tragedia.”

“Se deben divertir con el dolor ajeno”, añadió.

Las denuncias se acumulan, pero las soluciones no aparecen. Mientras tanto, los pasajeros y conductores continúan expuestos a un juego cruel y peligroso que, tarde o temprano, podría cobrar una víctima fatal.