Una goleada sin despeinarse en Miami
Edición Impresa | 15 de Octubre de 2025 | 05:39

Objetivo comercial cumplido. No mucho más para destacar de un entrenamiento televisado al mundo de la Selección, que goleó 6-0 a Puerto Rico en el patio trasero de la casa de Lionel Messi. Un amistoso que dejó todas buenas sensaciones como se presumía para la Scaloneta que cerró la ventana de octubre con otra victoria y minutos de rodaje para el capitán, quien luego de ausentarse el viernes pasado volvió a liderar a un grupo que juega de memoria, gusta y divierte al público que en ese lugar del planeta busca un espectáculo.
Pero a juzgar por lo futbolístico poco se puede analizar porque enfrente tuvo un rival casi amateur, débil, inocente y que en la medida que fueron pasando los minutos no tuvo atrevimiento ni argumentos como para hacer más competitivo un partido de fútbol que salvo en los primeros minutos después nunca más lo fue.
Porque para colmo cuando la selección rival quiso jugar en serio, con pierna fuerte y jugando al límite cada contacto, los jugadores de Argentina se molestaron y el árbitro sancionó en contra. Entonces fue imposible igualar dos plantillas tan disímiles como el día y la noche.
La Selección tuvo espacios y campo como para correr, hacer lujos, jugar dentro del área rival y Messi pudo jugar con la libertad que le dan en los Estados Unidos. Fue un amistoso a su semejanza. Por eso aun lejos de su mejor versión, dio un pase magistral para que Gonzalo Montiel marcara el segundo gol de la noche a los 22 minuto.
Antes, a los 13 y 36 minutos, el que facturó fue Alexis Mac Allister. Primero con un cabezazo tras varios intentos y luego con un penal con pelota en movimiento. En ambas oportunidades su socio fue el Flaco López, que tuvo sus primeros minutos como referente de área en un equipo que jugó casi todo el tiempo en campo rival.
El juego se volcó con mil toques para que llegue el gol de Lionel Messi. No pudo ser para un capitán que no está al ciento por ciento desde lo futbolístico por sus recientes lesiones que lo marginaron. Le puso ganas y ritmo ante un rival que lo dejó, pero no pudo hacer su gol. También fue partícipe en el primer tanto: el rebote llegó tras estrellar un remate en el travesaño. En la parte final el arquero le negó uno desde la puerta del área.
El segundo tiempo fue idéntico en disparidades pero mucho menos atractivo porque claramente la Selección empezó a jugar pensando en el final del partido y cada jugador en su viaje al país de la Liga en donde está participando. Se bajó la intensidad y precisión y el amistoso fue todavía más amistoso.
Lionel Scaloni metió cambios para seguir viendo y probando a jugadores, como Aníbal Moreno, Lautaro Rivero y Nico Paz. Además ingresaron Lautaro Martínez y Nahuel Molina.
Argentina siguió presionando alto y esa exigencia llevó a su rival a cometer un gol en contra, para el cuarto. Y el quinto y el sexto de Lautaro.
En el final un cambio sorpresivo para una convocatoria ídem: se habilitó un sexto cambio y Scaloni mandó a la cancha a Facundo Cambeses por Dibu Martínez, para que debute en la Selección. Una rareza más de un amistoso sin sentido.
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