Vecinos de Costa Pobre marcharon al municipio de Ramallo en defensa del territorio

La comunidad de Costa Pobre se movilizo para rechazar el proyecto portuario que impulsa la empresa Oramac Construcciones SA. Denuncian presiones y advierten sobre el impacto ambiental y social que tendría la obra en la zona ribereñ 

Vecinos de Costa Pobre se manifestaron este jueves en el Concejo Deliberante de Ramallo, donde se desarrolló una nueva sesión ordinaria. Como lo vienen haciendo desde hace más de un mes, se reunieron para reiterar su rechazo al emprendimiento portuario impulsado por la empresa Oramac Construcciones SA, controlada por el empresario Carlos Bauzá, quien afirma ser propietario de los terrenos ubicados sobre la costa del río Paraná.

 

En esta ocasión, los habitantes de la zona realizaron una marcha previa hacia el edificio municipal con el objetivo de visibilizar aún más su reclamo. Una vez en el recinto, presentaron una nota de respuesta al escrito del apoderado de la compañía, que había manifestado su oposición al proyecto de ordenanza presentado por el bloque Juntos–UCR. La propuesta busca declarar el área como Patrimonio Turístico, Ambiental, Ecológico, Histórico, Cultural y Paisajístico de Ramallo, una medida que podría frenar el avance del puerto.

 

En los últimos días, el conflicto se intensificó. Algunos residentes —a quienes Oramac califica como “ocupantes ilegítimos”— recibieron telegramas de intimación para desalojar el lugar en un plazo de cinco días, con la advertencia de que se iniciarán acciones judiciales si no cumplen. En las notificaciones, la empresa anticipa además el ingreso de maquinaria pesada para realizar tareas de movimiento de suelo y limpieza, deslindándose de cualquier daño que pudieran sufrir las viviendas precarias existentes.

 

Ante esta situación, los vecinos sostienen que no son usurpadores, sino poseedores legítimos del territorio por el tiempo de ocupación y uso pacífico. “Nosotros no somos usurpadores, somos poseedores. Hace más de 40 años que vivimos ahí. En su momento, la empresa Fiplasto nos dio autorización para hacer uso de la parte fiscal del lote. Con el tiempo fuimos limpiando, construyendo y viviendo con total tranquilidad. La Constitución ampara a quienes habitan un terreno durante más de 20 años sin violencia y sin ser desalojados”, explicó Alejandro Natalini, uno de los vecinos intimados.

 

Natalini remarcó además que la comunidad no cuestiona la propiedad privada, sino los límites de la misma: “Reconocemos la propiedad de Bauzá hasta los mojones que le corresponden. Pero nadie puede comprar las costas del río. Eso no existe en ningún lado”.

 

Por su parte, Matías Scarpacci, otro de los referentes del grupo, señaló que el conflicto excede lo individual y plantea un debate de fondo sobre el modelo de desarrollo del distrito. “Tenemos que preguntarnos qué Ramallo queremos. Si queremos un Ramallo portuario, lleno de camiones y con pasivos ambientales, o un Ramallo que cuide su paisaje y su río, que son un patrimonio natural único”, expresó.

 

Los vecinos también vincularon el renovado interés por el área con la presión que ejercen desde su presencia constante en el Concejo. “Hace apenas dos meses no se hablaba de nada, y hoy ya aparecen dibujos de un puerto sobre un lugar donde hay más de 80 ranchos y un camping que el municipio promociona como atractivo turístico”, señalaron.

Ramallo

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