Del León de UNO a dinosaurios: el artista de La Plata que convierte su taller en un reino animal

  

Andrés García

En Abasto, un taller se transforma cada día en un pequeño zoológico de creatividad. Allí, entre pinceles, moldes, resina y fibra de vidrio, el artista plástico y escultor de animales, David Gigli, convierte su pasión en figuras que parecen cobrar vida. Su emprendimiento, reúne en un mismo espacio animales salvajes actuales y especies extintas que solo podemos imaginar.


“Hago esculturas hechas a mano en fibra de vidrio y tratamos de fomentar este tipo de trabajo”, cuenta Gigli, mientras el olor a pintura fresca invade el aire. En su mesa de trabajo descansan bocetos, piezas a medio modelar y herramientas que muestran las huellas de cientos de horas dedicadas al detalle.

Desde pequeño, David sintió que su vocación estaba marcada. “Desde el jardín me encantaba dibujar. Hacía retratos, maquetas y pequeñas figuras. El primer animal que hice fue la cabeza de un velociraptor, inspirado en Jurassic Park, y lo pude vender. Eso me motivó a seguir”, recuerda con una sonrisa.


El proceso creativo que utiliza combina técnicas tradicionales con recursos tecnológicos. Los materiales principales son el Telgopor, la fibra con resina, la porcelana fría, el hierro y distintos tipos de enduido, pero en los últimos años comenzó a incorporar impresión 3D, lo que le permite mostrar al cliente una maqueta digital antes de dar forma a la escultura real. “Primero hago un diseño 3D para que el cliente vea cómo quedará la pieza, y luego pasamos a la parte artesanal, que es donde realmente cobra vida”, explica. Cada trabajo puede demandar entre dos y tres meses de producción, dependiendo del tamaño y la complejidad del modelo.

El León de Estudiantes

En tanto, los encargos llegan de los lugares más diversos. Hay productoras audiovisuales, circos, teatros, coleccionistas y comercios que buscan una pieza distintiva. Entre sus obras más reconocidas se destaca el imponente León que adorna la cancha de Estudiantes, una escultura de gran tamaño que se convirtió en ícono del club. “A través de un intermediario, me contactaron y me pidieron que hiciera el León para el Club Estudiantes. Fue un desafío enorme, una de las obras que más orgullo me dio también. Mi sueño es poder ver alguna escultura mía en el museo de La Plata”, expresó.

Además del León, Gigli ha creado gorilas, jirafas, camellos, yacarés, tiburones, osos, cebras, ciervos y yaguaretés, todos con un nivel de realismo impactante. Muchas de estas esculturas soportan incluso el peso de una persona, gracias a la resistencia de la fibra de vidrio, aunque las que incluyen pelo sintético o plumas deben permanecer en interiores para evitar el deterioro.
 

“Experimentar con texturas”

En su taller, cada animal tiene una historia. Algunos fueron hechos por encargo y otros por pura inspiración. “A veces me dan ganas de experimentar con texturas o colores nuevos, y ahí salen piezas que no estaban planificadas. Es una manera de seguir aprendiendo”, confiesa. Su curiosidad constante lo llevó a estudiar anatomía animal y técnicas de pintura hiperrealista, con el objetivo de lograr obras que transmitan movimiento y presencia.

Aunque reconoce que vivir del arte no es fácil, Gigli no se detiene. “Los materiales son costosos y a veces cuesta que la gente entienda el valor que tiene un trabajo artesanal. Pero es la pasión lo que te sostiene. No queremos pasar un presupuesto que el cliente no pueda pagar, buscamos siempre un punto intermedio”, explica.

Varios de sus trabajos viajaron a otras provincias e incluso al exterior, donde son utilizados en exposiciones o decoraciones temáticas. “Hay pocos artistas en el país que se dedican a esto de manera profesional. Me gustaría que se fomente más este tipo de arte, porque tiene un valor cultural enorme. Una escultura puede contar historias sin palabras”, destaca.

En un rincón del taller de Gigli, un gorila de tamaño real parece vigilar la escena; más allá, una cabeza de dinosaurio emerge entre las sombras. Todo parece tener vida.

“Espero que se valore y apoye más el arte local. Agradezco a todos los que me siguen, le ponen un like y comparten lo que hago. Detrás de cada obra hay mucho esfuerzo y amor por lo que uno hace. Ojalá pueda seguir viviendo de esto, porque es una pasión que me acompaña desde siempre”, dice.

En Artetopic, David Gigli no solo crea esculturas: construye mundos donde los animales, presentes o extintos, vuelven a caminar entre nosotros. En La Plata, su taller es una puerta abierta a ese universo fascinante donde el arte se convierte en vida, y donde cada criatura de fibra y color nos recuerda el poder inagotable de la imaginación.

 

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