Vuelos baratos: rumbo a las playas de Río de Janeiro y San Pablo

Además de su proximidad a Buenos Aires, ofrecen atractivos culturales, gastronómicos y naturales que justifican la elección de cualquiera de estos destinos para una escapada de primavera

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Con la llegada de la primavera en el hemisferio sur, octubre y noviembre se presentan como meses ideales para viajar a Brasil sin afrontar los precios altos del verano. Desde Buenos Aires, tanto Río de Janeiro como San Pablo ofrecen opciones de vuelos directos y económicos, lo que convierte a estas ciudades en destinos accesibles para quienes buscan combinar cercanía y turismo internacional.

Las aerolíneas low-cost y tradicionales ofrecen frecuencias diarias desde Ezeiza y Aeroparque. Flybondi y JetSMART se destacan por sus tarifas más bajas, que pueden iniciar alrededor de USD 144 ida y vuelta hacia Río de Janeiro y USD 160 hacia San Pablo. Aerolíneas Argentinas, LATAM y GOL también operan en estas rutas, con precios que varían según la fecha de reserva y la flexibilidad del pasajero. Metabuscadores como KAYAK, Skyscanner y Google Flights permiten comparar rápidamente estas alternativas y configurar alertas de precios, herramienta útil para capturar ofertas al momento de su lanzamiento.

Los expertos en turismo recomiendan planificar los viajes entre semana, evitando los fines de semana largos, ya que esta estrategia suele reducir considerablemente el costo final del pasaje. Asimismo, reservar con anticipación, al menos tres semanas antes del viaje, aumenta las posibilidades de acceder a tarifas más económicas. Es importante tener en cuenta las políticas de equipaje de cada aerolínea, ya que algunas ofertas low-cost incluyen únicamente equipaje de mano, lo que puede impactar en el presupuesto final del viaje.

Cuatro playas para descubrir

Río de Janeiro y San Pablo son sinónimo de playas icónicas, pero más allá de Copacabana, Ipanema o Santos, existen espacios menos concurridos que ofrecen experiencias únicas. Entre ellos, la Praia de Grumari se destaca en la Zona Oeste de Río de Janeiro, ubicada dentro de una reserva ambiental que protege su entorno. Su acceso limitado, sin transporte público, asegura tranquilidad y permite disfrutar del mar y la arena sin las multitudes típicas de la ciudad. Los visitantes que buscan desconexión encuentran en Grumari un refugio natural donde la vegetación y las olas se combinan en un paisaje sereno.

Otro lugar apartado es la Praia do Perigoso, un rincón solo accesible a pie o en bote, ideal para quienes buscan aventura. Rodeada de naturaleza virgen, la playa ofrece un ambiente de paz y aislamiento, donde la vista de las formaciones rocosas y el mar abierto se convierte en protagonista. En la Zona Sur de Río, la Praia da Joatinga también se mantiene fuera del radar turístico gracias a su ubicación entre acantilados. Popular entre los locales, es un espacio íntimo perfecto para quienes quieren disfrutar del mar en un entorno más privado y observar el tradicional juego de altinha, una variante de voleibol de playa.

En San Pablo, la Praia do Sangava en Guarujá se distingue por sus enormes rocas y aguas claras. Esta playa secreta permite una experiencia relajada, ideal para quienes buscan tranquilidad y practicar snorkel. A diferencia de las playas más concurridas del litoral paulista, Sangava ofrece un contacto más directo con la naturaleza, donde la belleza del paisaje y la serenidad del entorno se aprecian sin interrupciones.

Estas cuatro playas demuestran que, aunque Río de Janeiro y San Pablo sean destinos urbanos reconocidos por sus playas masivas, aún es posible descubrir lugares poco conocidos donde la naturaleza y la tranquilidad predominan. Para quienes desean escapar del bullicio y vivir una experiencia diferente junto al mar, Grumari, Perigoso, Joatinga y Sangava ofrecen opciones únicas que combinan paisaje, privacidad y autenticidad.

 

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