Sin suspenso: “obligación” cumplida por el Pincha ante un Lobo resignado
Edición Impresa | 20 de Octubre de 2025 | 03:52

Martín Mendinueta
@FirmayAclaracion
Ratificando la enorme diferencia que existe entre ambos, Estudiantes se adueñó, con simpleza y total naturalidad, de un clásico sin demasiados brillos, donde Gimnasia pateó una sola vez hacia el arco de Muslera.
Paciente, demasiado en algunos lapsos del primer capítulo, y sintiéndose en todo momento superior a su oponente, el equipo de Eduardo Domínguez convirtió dos goles y pudieron ser más. La tarde dominguera se vació de suspenso. La incógnita murió pronto, en el inicio del segundo capítulo.
Que Gimnasia haya jugado tan mal privó al espectáculo de la emoción que tanto necesitan este tipo de enfrentamientos. La incertidumbre resultadista se desvaneció por completo con el gol de Edwuin Cetré.
Ambos se fueron al entretiempo intuyendo, casi sabiendo, cual iba a ser el final de la historia.
El mejor momento del tan impotente como resignado huésped fue durante algún tramo del primer capítulo, cuando el partido estaba cero a cero y el anfitrión no encontraba la manera de facturar. Es decir que la falta de resolución del León derivó en el único rato mínimamente esperanzador para los hombres que decidió poner en cancha Fernando Zaniratto.
nada de nada. destacar algo de Gimnasia se vuelve imposible
El Lobo cambió apellidos, pero mantuvo un nivel de rendimiento paupérrimo.
Ninguno jugó bien. Haciendo cirugía mayor , el resultado fue hiriente y no hubo ni un minuto en que el equipo transmitiera sensaciones nítidas de que podía alterar el trámite de la contienda.
Los ingresos de Enzo Martínez, Pintado de mediocampista, Nicolás Barros Schelotto y Lucas Castro redundaron en cero beneficio para una formación que continúa extraviada en el más oscuro de los laberintos.
Echado el entrenador Alejandro Orfila, el desasosiego popular se mantiene intacto o, quizás, todavía peor.
Sólo derrotas ajenas hacen menos terrible la quinta caída en las últimas seis presentaciones. Aquel brutal alivio conseguido en Junín fue lo único realmente agradable para una hinchada que ya no sabe qué hacer para terminar con semejante hartazgo.
¿Cómo hará Gimnasia para dejar de perder, para sumar en lo matemático y en lo anímico?
¿Esta es la nueva base de la formación titular que utilizará en la recta final del campeonato? Nadie lo sabe.
¿Qué han hecho con Gimnasia? ¿Cómo fue posible equivocarse tanto en el armado de un plantel que ya venía mal desde hace rato? ¿Qué se puede esperar en lo inmediato? Los que toman decisiones están llevando al club a un sitio muy peligroso.
Al seguir por el suelo la vara de la eficacia, cualquiera puede salir; cualquiera puede sentir que merece ingresar. El debate montado sobre el dolor permite múltiples lecturas.
Salvó Insfrán, no hay titulares “intocables” y eso describe a la perfección tamaña orfandad. Todos dejaron el campo mirando el suelo.
Ahora lo espera River y tendrá tiempo de sobra para promover, al menos, una señal positiva.
cortar el ciclo de Domínguez no parece la mejor opción
El Barba está lejos de ser perfecto, pero sí es uno de los directores técnicos más eficaces del país.
El exitoso proceso que han construído Estudiantes y él no debiera terminar por falta de sensatez. Quizás sí puede encontrar el punto final por un tema de dinero.
Repetir una etapa tan fructífera no será fácil. Ambas partes tienen que pensar qué es lo mejor.
Cuando se ha instalado mediante la fuerza del último ejercicio contable que está llegando un escenario gobernado por la austeridad, se necesitará mejorar drásticamente en la elección de los refuerzos. Ese ha sido el error principal de los últimos tiempos.
Estudiantes tiene la obligación de ir, otra vez, por alcanzar el trofeo y dar la vuelta olímpica. Mientras sostenga la ambición y los argumentos adentro de la cancha, el técnico seguirá sintiendo el apoyo mayoritario.
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