La ropa inteligente avanza en plena crisis climática

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Camisas que no se arrugan, tejidos antimanchas, fibras antibacterianas... La ropa inteligente está ganando terreno en el sector de la moda, con prendas que buscan facilitar el día a día de las personas y encajar en el contexto de emergencia climática.

Estas propiedades especiales, que van desde evitar pliegues y repeler líquidos hasta reducir las marcas de sudor u ofrecer una alta durabilidad, estaban hasta hace poco relegadas al ámbito de la ropa deportiva y laboral.

Pero poco a poco, marcas de prêt-à-porter han ido adaptando algunas de estas cualidades a prendas de uso cotidiano como camisas, chaquetas o pantalones, para acercarse a una nueva clientela.

“Las marcas de lujo, las marcas de prêt-à-porter, buscan diferenciarse y ofrecer a sus clientes no sólo un aspecto visual atractivo, sino también comodidad y tecnología integrada en la prenda”, dice Olivier Balas, desde una compañía francesa de tejidos técnicos.

Algunas empresas emergentes incluso se han especializado en esta ropa inteligente.

Aunque el precio de las prendas resulta más elevado, estas empresas defienden que sus productos tienen una mayor durabilidad y apenas necesitan mantenimiento.

Desde las empresas que se dedican a elaborar este tipo de ropa, muchas de ellas radicadas en Europa, indican que el cliente está cada vez más interesado en todos los temas de comodidad y en seguir con un estilo de vestimenta casual o formal, pero también buscan ropa cada vez más cómoda y más sostenible.

En ese sentido, se sabe que la industria de la moda es una de las más contaminantes y representa hasta el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según estimaciones del Banco Mundial.

Pese a que depende mucho del producto, del uso y de la persona, se calcula que aproximadamente el 60% de todo el impacto ambiental que tiene una prenda la genera el propio usuario de esa ropa en su casa, cuando la lava, si utiliza detergentes o suavizantes o la plancha.

Algunos buscan un impacto medioambiental positivo reduciendo los ciclos de lavado, disminuyendo o eliminando directamente la plancha o incluso haciendo un producto que dure más tiempo.

Y es que, los responsables de estas iniciativas entienden que la ecología no solo está presente en la fabricación sino también en el uso.

Hay una tendencia, apunta Julieta Mercerat, especialista en sostenibilidad en el salón de innovación textil francés Première Vision, “a cuidar mucho las prendas y conocer las materiales, saber cómo tratarlas (...) para que duren más”.

También desde empresas como Seagale destacan los beneficios medioambientales de este tipo de ropa, más duradera, en oposición a la perecedera “fast fashion”, y hacen hincapié en el papel responsable de los usuarios.

 

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