El Gobierno, entre la búsqueda de apoyo económico y político y los escándalos que queman, como el de Espert

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Germán López

Hace dos semanas el Gobierno de Javier Milei obtuvo un aval importante de Estados Unidos, que le permitió controlar una situación que podía desmadrarse. Pero tras unos días de euforia los mercados entendieron que el respaldo no fue suficiente y que todavía está pendiente la prueba de fuego que dirá si el cambio estructural de las reglas de juego económico que propicia el Gobierno será sostenible en el tiempo: las elecciones del 26-10.

A la espera de ese momento los agentes económicos, incluidos las empresas y el hombre de la calle, corrieron esta semana (como ya lo venían haciendo) a ponerse a resguardo de las contingencias. Nadie sabe quién saldrá victorioso en las elecciones del 26-10, pero todos tienen claro que frente a esa incertidumbre esta es la hora de buscar refugio y la herramienta más a mano para los argentinos siempre es el dólar. Más aun, cuando lo que se vislumbra es -cualquiera sea el resultado- la salida del actual esquema de bandas para ir a uno de flotación libre, lo que equivaldría a una devaluación.

De esta manera, lo que fue un comienzo prometedor luego del anuncio del swap del Tesoro norteamericano y la breve pausa en las retenciones al agro, la volatilidad cambiaria volvió a instalarse con una brecha que llegó al 10% y un dólar oficial que cerró en alza, a $1.454. Los nubarrones reaparecieron en el horizonte, volvió a subir el riesgo país, bajaron las acciones y los bonos.

Sin margen

En el Gobierno comprendieron que no hay espacio para el exitismo ni para relajarse un solo día. Por eso el vértigo de las decisiones que se tomaron en la última semana: Luis Caputo salió eyectado junto al presidente del Banco Central (BCRA) Santiago Bausilli en busca de una reunión con Scott Bessent para definir los términos de la ayuda y Milei viajará el 14 a ver a Donald Trump para renovar el respaldo que lo ayude a mantener en calma las variables financieras hasta el día de la elección.

Los tiempos apremian y el mensaje que baja, tanto desde el gobierno de Estados Unidos como del FMI, es que Milei y su equipo deben buscar lo que hasta ahora eludieron: los consensos políticos que aseguren la perdurabilidad de los cambios ya realizados y la viabilidad de los que deben venir (reformas impositiva, laboral y previsional).

Tregua tácita

La oposición dialoguista y los gobernadores parecen haber concedido una tregua tácita al Gobierno esta semana. Luego de los reveses en el Congreso por la reafirmación de las leyes de financiamiento universitario y emergencia pediátrica, esos sectores decidieron dejar de tirar de la cuerda para evitar hacerle el juego a la oposición recalcitrante y al mismo tiempo mostrar su disposición al diálogo.

No obstante, en los próximos días el Congreso buscará desafiar nuevamente a Milei con la iniciativa para limitar los DNU y la interpelación a Guillermo Francos.

La acusación contra Espert

Y en medio de todo aparece la acusación contra José Luis Espert de haber aceptado dinero de un empresario, Federico Machado, ligado al narco. El caso cobra extrema relevancia no solo por ser Espert la cabeza de la lista de diputados libertarios para las próximas elecciones, sino porque sucede días después del horrendo crimen de tres adolescentes a manos de un clan narco. Tanto la inicial defensa de Milei de su espada electoral en la Provincia (son “chismes de peluquería”) como la del propio Espert (“es una campaña sucia como ha habido otras tantas”) resultaron insuficientes, sobre todo si se tiene en cuenta la hipótesis de que para aspirar a un triunfo electoral la LLA tiene que salir a reconquistar la adhesión del electorado más exigente en cuanto a moral pública. Por eso Patricia Bullrich salió a reclamar firmemente una explicación que permita despejar las sospechas de vinculación con Machado.

Al mismo tiempo se evaluó la posibilidad de que Espert diera un paso al costado, algo que no prosperó ya que fue confirmado por el propio Milei al frente de la lista libertaria bonaerense. Se evaluó que el costo de bajar la candidatura del economista y actual presidente de la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, sería mucho mayor que sostenerlo en medio de las acusaciones.

Un poco ingenuamente, creyeron que el desprestigio de los denunciantes y su pertenencia al kirchnerismo le quitarían potencia a la denuncia. “La acusación viene de personajes de la política que nos quieren dar la bienvenida al chiquero”, ironizaban cerca de Espert.

Tal vez Milei logre comprender que la política se construye con acuerdos

En un fallido intento por aclarar las cosas, Espert se prestó a un reportaje donde se encerró tercamente en su negativa: “No le voy a dar el gusto a Grabois”, respondió una y otra vez a la pregunta concreta de si había recibido dinero de Machado. Lució desencajado e inseguro.

Días después y bajo presión terminó admitiendo el cobro y dijo que fue por un trabajo que hizo para una minera guatemalteca que, según los medios de ese país, pertenece a Machado. Finalmente, el trabajo de consultoría no se realizó en medio de la pandemia, pero el cobro de los U$S200.000 se mantuvo dentro de la cuenta de Espert, que además no exhibió contrato alguno. Todo muy poco claro y contradictorio.

Antecedentes y comparaciones

Así como el fantasma de 2001 sobrevoló tras la derrota electoral del 7 de septiembre y el desbarajuste posterior de las variables económicas, ahora, luego del anuncio de la ayuda del Tesoro estadounidense, la comparación se centra en el proceso electoral de 2019, cuando el resultado adverso de las PASO puso en crisis terminal al gobierno de Mauricio Macri.

Tampoco bastó la ayuda del FMI para torcer el destino y todo se derrumbó para el expresidente. En esa oportunidad “los Fernández” (Cristina y Alberto) arrasaron en las elecciones primarias (PASO) del 11 de agosto, superando al macrismo por el 49,5% de los votos contra el 33%. A partir de ese día las acciones de empresas argentinas perdieron en promedio la mitad de su valor y el peso se devaluó casi un 25% en un solo día. El final de la historia es conocido, el 27 de octubre de 2019 el Frente de Todos se llevó el triunfo en primera vuelta, con más del 48% de los votos y la remontada de JxC apenas le alcanzó para llegar al 40,28%.

También, como el 7 de septiembre, hubo un voto (o abstención) motivado por la bronca. La diferencia con esa situación es que hoy el país tiene superávit financiero y una inflación controlada.

La reunión entre Milei y Macri

En este contexto se inscribe la reunión que Milei y Mauricio Macri mantuvieron este viernes a la noche. Luego de muchos desencuentros acordaron “trabajar en conjunto” después de las elecciones. Es un mensaje a los mercados y a los que reclaman diálogo y consensos.

Tal vez Milei se baje de su omnipotencia y termine comprendiendo que la política se construye con acuerdos.

 

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