Las razones del desafío a los aliados de ayer

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Carlos Barolo

Es un Gobierno que teniendo minoría en ambas Cámaras hostiga a quienes lo apoyan ante la menor discrepancia. “En lugar de ampliar, parece decidido a no sumar”, marcó el diputado nacional Miguel Ángel Picheto en los primeros años de la administración libertaria

Sin embargo, la agresión verbal que alguna vez tuvo Javier Milei hacia Mauricio Macri (“Para algunas cosas está grande y no las entiende”) debe analizarse bajo otra perspectiva. Pareceió inexplicable porque el líder del PRO fue quien armó la estructura y logró la financiación para la campaña de los libertarios para ganar en la segunda vuelta; además, se hizo cargo nada menos que del control de miles de urnas en todas las ciudades del país, una tarea absolutamente imposible entonces para lo que era un candidato sin partido.

Tal vez con ingenuidad, Macri le dio incondicionalmente su apoyo, y en ello se funda la sorpresa de algunos ante las actitudes del oficialismo hacia el PRO desde que llegó al poder, aunque ahora lo vuelva a necesitar después de que parte del electorado amarillo le diera la espalda en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre descontentos por la alianza formada para derrotar al kirchnerismo. En realidad, era absolutamente previsible. Es que con sólo analizar las relaciones políticas internacionales y las distinciones que ha recibido Milei era de esperar que esa fuera su conducta. En definitiva, “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

De aliado a enemigo

La llamada “derecha alternativa” de Europa hace años que declaró como su enemigo a los “moderados”, aún a los de centroderecha. Desde el punto de vista ideológico, no existe ninguna definición aceptable para lo que se llama “el centro”, que en realidad se trata, por sobre todas las cosas, de una actitud de fomento del diálogo amistoso, aún con los adversarios políticos, y en la discrepancia, no se convierte en opositor absoluto y total.

En general, los partidos conservadores moderados han sido calificados como de centroderecha, y en varios países ha ocurrido que fueron parte de frentes electorales dando legitimidad a la nueva derecha que, en todos los casos conocidos y estudiados en Europa, llegados al poder, le declararon la “guerra” total a quienes fueron sus aliados y le permitieron captar sectores que normalmente han estado alejados de los extremismos.

La prestigiosa revista inglesa The Economist publicó un artículo titulado “La crisis global del conservadurismo”, señalando que la nueva derecha no es una evolución del conservadurismo, porque desde el punto de vista cultural y social, encarnan lo que era una “cualidad” del ultraizquierdismo: “Ellos y sólo ellos saben interpretar al pueblo, son el pueblo”. Tienen nuevos valores, escaso respeto por las minorías, a veces con tintes racistas, o sobre los homosexuales o los extranjeros.

Una de las características de la irrupción del “nuevo populismo” o derecha alternativa, es la de confiar sin ningún límite en un líder carismático; todo lo contrario, a los viejos partidos conservadores apegados a las constituciones nacionales y a las formas propias de la democracia.

Los nuevos conductores han sabido utilizar las redes para desprestigiar a todos los políticos como personas, como dirigentes y como gobernantes, e intentan incluir a todos los demás en un bloque enemigo que impidió el progreso del país.

La despolitización es para ellos un objetivo fundamental, por eso las universidades son un blanco predilecto. Con el uso perverso de las redes, tienden a la fragmentación política y a elevar a la producción como el valor supremo sin reparar, por ejemplo, en los daños que está causando al planeta la contaminación.

En la Argentina la irrupción populista se produjo, como se ha dicho hasta el cansancio, por la ineficacia y la corrupción de muchos políticos.

Son una sola cosa

El PRO, Mauricio Macri, los radicales, los republicanos, dicen, son una sola cosa, mientras que el “Gordo Dan” está dispuesto con “las fuerzas del cielo” y la ayuda del “del brazo armado”, a derrotarlos. Sus armas de batalla son simplificaciones, caricaturas, e insultos.

Pero, hay que sumar además como enemigo, a los periodistas independientes, y a intelectuales que se resisten a dejar de dudar de la validez absoluta de cualquier ideología. Ha decidido tener un solo enemigo: el peronismo, aunque puede acordar individualmente con muchos de sus dirigentes... Lo considera políticamente debilitado, por eso la insistencia de polarizar, pero evitando que exista cualquier aparición racional aún de derecha, pero que exijan la vigencia de las garantías constitucionales. Ni siquiera los que ayer le hicieron posible la victoria.

N. de la R.: Este artículo repite conceptos y frases utilizadas por politólogos y estudiosos al analizar gobiernos como el de Hungría, Brasil y Estados Unidos…

 

 

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