Primera División argentina: Lanús y su ambición de conquistar la Segunda Fase del Grupo B

ESPACIO PATROCINADO.- Análisis y pronósticos sobre Lanús en la Segunda Fase del Grupo B de la Primera División argentina. Estadísticas, rendimiento y opciones reales del Granate para pelear por el título

La Primera División argentina siempre regala emociones y giros inesperados. En esta nueva etapa del torneo, el Grupo B se ha convertido en un auténtico campo de batalla con equipos históricos y otros que buscan escribir su propia página dorada. Entre todos ellos, Lanús aparece como uno de los protagonistas silenciosos, ese equipo que quizás no arranca los titulares rimbombantes de River o Vélez, pero que con constancia y oficio ha sabido instalarse en los primeros puestos. No es casualidad que, entre quienes siguen el campeonato y hasta entre quienes buscan un código para activar el bono de Bet365 en las apuestas deportivas, el Granate haya despertado interés: su presente competitivo lo convierte en un candidato serio a dar pelea hasta el final.
Un arranque sólido que invita a soñar

Lanús se ubica en la tercera posición del Grupo B con 20 puntos tras once partidos, apenas a tres unidades del líder Deportivo Riestra y a dos de Vélez. El Granate acumula seis victorias, dos empates y tres derrotas, números que lo sostienen en la discusión directa por la clasificación. Aunque no siempre ha mostrado un fútbol vistoso, su regularidad lo mantiene en carrera. Lo interesante es que el equipo no depende de un solo jugador ni de un esquema rígido, sino que construye sus resultados desde la solidez colectiva y una gran capacidad para aprovechar los momentos clave de los partidos.

Una defensa que resiste, aunque con altibajos

Si hay un aspecto en el que Lanús necesita seguir mejorando es en la faceta defensiva. Sus estadísticas lo colocan en el puesto 22 del campeonato en duelos ganados por partido, con un 53,4% de efectividad, por debajo de la media de 55,1%. Además, ocupa el puesto 24 en entradas exitosas. Estos números explican algunas dificultades para imponer autoridad en la marca y en la disputa física. Sin embargo, el Granate ha compensado esas falencias con orden táctico y concentración en momentos críticos: apenas ha recibido 9 goles en 11 encuentros, lo que refleja que, más allá de los números individuales, el bloque colectivo funciona.

Disciplina y equilibrio en el mediocampo

Una de las grandes fortalezas de Lanús está en su control disciplinario. Es el equipo número 26 en cantidad de tarjetas amarillas, con un promedio de solo 1,9 por partido, muy por debajo de conjuntos como Aldosivi o Gimnasia, que superan las tres. Esta estadística habla de un plantel que sabe disputar con intensidad sin caer en la rudeza excesiva, un detalle que puede marcar la diferencia en los tramos decisivos de la temporada. En el mediocampo, esa disciplina se traduce en un 49% de posesión promedio, un registro cercano a la media general. No es un equipo que monopolice el balón, pero tampoco se resigna a cederlo: administra, espera y golpea cuando tiene que hacerlo.

Un ataque efectivo y con variantes

Si bien Lanús no es de los equipos que más ocasiones generan, su eficacia lo mantiene en el lote de arriba. Promedia 4,2 tiros a puerta por partido, octavo en la tabla, superando la media de 3,7. Su capacidad ofensiva se refleja en los 11 goles convertidos, casi todos gestados dentro del área. El dato curioso es que el 100% de sus tantos llegaron desde corta distancia, con un 45% marcados con la pierna izquierda, un 36% de cabeza y un 27% de penalti. Este perfil revela un equipo pragmático: no necesita del remate lejano ni de la fantasía para lastimar, sino que aprovecha al máximo cada incursión en zona caliente.

La clave de los tiempos de partido

Un análisis detallado de los minutos de gol confirma que Lanús sabe administrar los partidos. Ha marcado 11 tantos en la primera mitad y 13 en la segunda, mostrando equilibrio entre los dos tramos. Sin embargo, también ha encajado 14 goles en los segundos 45 minutos, especialmente en el último cuarto de hora, donde recibió 9. Este patrón indica que la concentración final será decisiva si quiere sostenerse en la pelea grande. El equipo no puede permitirse desconexiones, ya que cada detalle en este campeonato puede definir clasificaciones y títulos.

Fortaleza en casa y cuentas pendientes fuera

Los números de local son otro punto a favor del Granate: ha sumado 13 puntos en su estadio contra apenas 7 como visitante. Esa diferencia resalta la importancia de hacerse fuerte en casa para seguir soñando con el campeonato. La hinchada en La Fortaleza se convierte en un factor determinante, no solo en el ánimo, sino también en la presión sobre los rivales. El desafío estará en mejorar su rendimiento fuera de casa, donde los partidos suelen cerrarse más y los errores se pagan caros.

Comparación con los rivales directos

La lucha por el Grupo B no da tregua. Deportivo Riestra ha sorprendido con una campaña de siete victorias, mientras que Vélez mantiene una solidez que lo posiciona en la segunda plaza. River, aunque irregular, siempre representa un peso pesado con capacidad de reacción, avalado por su potencia ofensiva: 18 goles en 11 partidos. Frente a ellos, Lanús aparece como el equipo más equilibrado, sin estadísticas arrolladoras en ataque o defensa, pero con una consistencia que lo mantiene vivo. La clave estará en sostener la regularidad ante los grandes y no ceder puntos contra rivales de mitad de tabla: más allá de los números, el gran mérito de Lanús es su regularidad. Diez victorias, diez empates y ocho derrotas en toda la temporada muestran un equipo que rara vez se queda sin competir. Sus 1,43 puntos por partido lo ubican en una línea competitiva, suficiente para estar entre los ocho primeros que avanzan a la siguiente fase y con margen para soñar en grande. A diferencia de River o Rosario Central, que alternan goleadas con caídas inesperadas, el Granate ha encontrado una meseta de rendimiento confiable.

Pronóstico: un candidato silencioso pero peligroso

¿Puede Lanús ganar la Segunda Fase del Grupo B? La respuesta es sí, aunque con matices. Su fortaleza en casa, su disciplina y su eficacia en el área rival lo respaldan. No obstante, deberá corregir las desconexiones defensivas del tramo final de los partidos y mejorar su capacidad como visitante. Si consigue dar ese salto, no sería descabellado imaginarlo disputando directamente el campeonato contra equipos de mayor peso mediático. En un torneo argentino plagado de sorpresas, Lanús tiene todo para convertirse en el gran tapado de la temporada.

Lanús ha demostrado ser mucho más que un animador. Con números que respaldan su solidez y con una mentalidad competitiva a prueba de golpes, el Granate se planta en la Segunda Fase del Grupo B como un aspirante real al título. Puede que no parta como favorito frente a gigantes como River o Vélez, pero su constancia, su equilibrio y la capacidad de sacar puntos clave lo convierten en un candidato que nadie debería subestimar. Y en el fútbol argentino, donde las sorpresas son parte del folclore, soñar con Lanús levantando el trofeo no suena a utopía, sino a una posibilidad cada vez más concreta.

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