Jubilados hacen malabares para comprar los medicamentos
Edición Impresa | 11 de Noviembre de 2025 | 01:26
Cada vez más jubilados llegan a las farmacias de la Región con recetas con medicamentos que no pueden llevarse en su totalidad. Los reiterados microaumentos de precios, la baja cobertura de PAMI y los ingresos que no alcanzan están dejando una huella profunda no solo en sus bolsillos, sino también en la salud de quienes más necesitan asistencia.
La percepción que tienen los farmacéuticos y los testimonios obtenidos por este diario en los locales comerciales del sector son avalados, por ejemplo, por el último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en el que se informa que el rubro farmacias registró una retracción en las ventas durante agosto, en un contexto donde el consumo general continúa deprimido.
El documento, no solo señala que la demanda se concentró en productos de primera necesidad y en medicamentos genéricos, sino también revela que “las ventas estuvieron influenciadas por la pérdida de poder adquisitivo, los aumentos de precios en medicamentos y los problemas de cobertura de obras sociales, en particular PAMI”. En este sentido, los farmacéuticos admitieron que les cuesta sostener los márgenes de rentabilidad ante el aumento de los costos operativos y la competencia de grandes cadenas.
Según el Colegio de Farmacéuticos de La Plata, “en los últimos meses solo hubo un aumento del 2 por ciento, en paralelo a lo que fue el índice de inflación. Pero, el problema está en que el poder adquisitivo no acompaña y eso se refleja en la baja de ventas”, explicó Agustín Kostiria, presidente de la entidad profesional. Y añadió: “nos preocupa porque hablamos de medicamentos, no de productos prescindibles. Según el último reporte que cerró el 3 de noviembre pasado, el incremento fue apenas del 2,38 por ciento, y mucha gente prioriza otros consumos antes de venir a la farmacia”.
El impacto, no solo se nota detrás del mostrador, sino también en la calle, donde cientos de platenses luchan a diario por completar lo que indican sus recetas médicas.
“NO ME ALCANZA”
Silvia, vecina del casco urbano y jubilada “con la mínima”, lo sufre en carne propia: “De repente te dan el 100%, pero después te los cobran y no te lo devuelven. Tomo cinco medicamentos y no me alcanza para ninguno”, contó. Su situación, dijo, se volvió “insostenible”. “Si no fuera por mi hija, no llego ni al 10 del mes. Me da culpa, porque ella labura todo el día y me tiene que ayudar a mí”, expresó, con mezcla de angustia y resignación.
Su testimonio se suma al de Nicolás, otro platense de 80 años, quien también refleja el deterioro de su poder adquisitivo. “Durante 47 años tuve una fábrica de pastas en la zona de Plaza Rocha y hoy sobrevivo con los ahorros que me quedan y el alquiler del local. Tuve que ir organizándome desde antes porque yo ya sabía que esto podía pasar”, indicó.
“De repente te dan el 100%, pero después te los cobran y no te lo devuelven. Tomo cinco medicamentos y no me alcanza para ninguno”
Silvia Frentista de 6 y 48
“La jubilación no alcanza para nada. Los medicamentos de mi esposa, que está en silla de ruedas, antes los cubría PAMI casi por completo. Ahora cuestan una fortuna. Hay que tomarlos igual, porque no queda otra”, relató Nicolás.
A su edad, sigue haciéndose cargo del cuidado de su esposa, que sufrió un ACV hace más de una década. “Tengo una persona que ayuda, pero no todos los días. Es un tema médico, físico y psicológico. Todo se hace cuesta arriba. Los que tienen que arreglarlo no lo hacen. Dicen que los jubilados estamos bien, pero eso es una mentira. No se puede vivir así”, afirmó con dureza el vecino de Plaza Rocha.
“Los medicamentos de mi esposa, que está en silla de ruedas, antes los cubría PAMI casi por completo. Ahora cuestan una fortuna”
Nicolás Vecino de Plaza Rocha
Ester, en tanto, habla por su madre de 81 años. “Por ahora puede comprar los remedios, pero con la comida no llegamos a fin de mes. Eso es lo más preocupante. Ojalá le den algo mejor a la gente grande, porque necesita vivir y comer todos los días”, señaló.
Según CAME, la mayoría de las ventas del rubro sigue siendo presencial, con uso creciente de tarjetas de crédito y descuentos como mecanismos de financiamiento. Sin embargo, desde el sector se remarcó la necesidad de una gestión estratégica del stock, en un contexto de consumo restringido y baja rentabilidad.
“MALABARES”
“La verdad es que tenemos que hacer malabares, tanto para llegar a fin de mes, como para completar todos los medicamentos que tengo que tomar. En mi caso solo tomo dos, pero cada vez cuesta más ir a la farmacia”, remarcó Cecilia, vecina del casco urbano.
“Por ahora puede comprar los remedios, pero con la comida no llegamos a fin de mes. Eso es lo más preocupante”
Ester Residente del casco urbano
En este contexto, el panorama para las farmacias y los jubilados no es alentador. Las historias se repiten: recetas incompletas, cuentas que no cierran y rostros preocupados.
“Es triste y difícil ver cómo la gente, de todas las edades, tiene que elegir qué medicamento puede llevar y cuál tiene que dejar”, dijo un farmacéutico de la zona de plaza Yrigoyen, que habló con este diario.
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