Kicillof se quejó porque no lo invitaron a la cita con los gobernadores

Edición Impresa

Axel Kicillof eligió una carta abierta para instalar un mensaje político de doble filo. Por un lado, buscó marcar diferencias con Javier Milei y reclamar su exclusión del diálogo federal; por otro, procuró reordenar el peronismo bonaerense tras el revés electoral de octubre. La misiva, extensa y cuidadosamente redactada, mezcla reclamos institucionales con una lectura crítica del rumbo económico del Gobierno y una advertencia sobre la injerencia extranjera en la política argentina.

“Su tarea, señor Presidente, es mucho más que dejar de insultar a quienes piensan distinto”, escribió el Gobernador, en alusión al cambio de tono de Milei tras las legislativas. Luego endureció su discurso: denunció que el Ejecutivo nacional “castiga” a las provincias opositoras y alertó que las políticas actuales “destruyen el tejido social y productivo del país”.

El texto se difundió un días después de que Kicillof encabezara un encuentro con más de cuarenta intendentes en el Parque Pereyra Iraola, donde buscó proyectar liderazgo y contener el desánimo interno luego de la derrota del peronismo en la provincia de Buenos Aires.

Reclamo por la exclusión

El primer eje del documento fue el reclamo por la falta de convocatoria a la reunión de gobernadores realizada en la Casa Rosada. Kicillof recordó que su provincia, junto a Tierra del Fuego, La Rioja y Formosa, quedó fuera de la lista de invitados. “No es buena señal excluir a los gobernadores que considera enemigos”, advirtió. Y agregó: “Las provincias que usted decidió no convocar representan a más del 40% de la población argentina”.

La respuesta apuntó a Guillermo Francos, quien había justificado la decisión del Gobierno señalando que “era perder el tiempo”. Para el mandatario bonaerense, ese gesto revela una concepción “antifederal y autoritaria” que erosiona la cooperación institucional.

En su carta, además, Kicillof enumeró lo que considera un castigo financiero hacia Buenos Aires: la quita de fondos para seguridad, educación y transporte, la paralización de obras y la caída de la coparticipación real por efecto de la recesión. “El superávit que exhibe el Gobierno se construyó a costa de las provincias”, afirmó.

Críticas al modelo económico y al papel de Estados Unidos

Otro de los tramos más duros del texto se enfocó en el modelo económico libertario. Según Kicillof, el plan de Milei “fracasó” porque no logró frenar la inflación ni mejorar las condiciones de vida. “Los dólares de Scott Bessent pueden haber calmado a los mercados, pero no resuelven los problemas cotidianos de los argentinos”, escribió.

El Gobernador apuntó directamente a la influencia internacional en la política nacional, en particular al rol del expresidente Donald Trump, a quien calificó de “vergonzoso e inédito”. Recordó que el exmandatario estadounidense había dicho que “no sería generoso” si Milei perdía las elecciones, y sostuvo que ese tipo de declaraciones representan “una intromisión económica y política sin precedentes en la historia argentina”.

Kicillof vinculó ese respaldo a una pérdida de soberanía y de independencia económica. “El apoyo internacional no puede reemplazar el apoyo del pueblo argentino”, subrayó, en alusión a la idea libertaria de que la confianza de los mercados es suficiente para estabilizar el país.

Entre la disputa nacional y la interna peronista

La carta también funcionó como un mensaje interno. Sin nombrarla, Kicillof buscó descomprimir las tensiones con Cristina Kirchner, que días atrás lo había cuestionado públicamente por la derrota electoral. Evitó responderle, pero eligió redirigir las críticas hacia Milei, dejando en claro que “el adversario está en la Casa Rosada y no dentro del propio espacio”.

En la reunión con intendentes, su ministro de Gobierno, Carlos Bianco, había anticipado esa línea: “Tenemos un solo adversario, que es el Presidente de la Nación y sus políticas, y ahora uno más potente, que es Trump”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE