Alerta por la fiebre amarilla: crece el temor a una epidemia en el país

Entre el aumento de casos en Brasil, el fuerte movimiento turístico y la restricción de acceso a la vacuna gratuita

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La fiebre amarilla, una enfermedad que parecía controlada en gran parte de América del Sur, volvió a encender las alarmas. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica por su disparada en la región. Y aunque en Argentina no se reportan casos autóctonos desde 2009, la suba de contagios y muertes en Brasil, en combinación con una fuerte movilidad turística, genera temor.

Frente a ese escenario, especialistas y sociedades científicas nacionales advirtieron que el país podría estar “en riesgo de una epidemia” si no se refuerzan las medidas preventivas, entre ellas la vacunación.

La advertencia se produce justo después de que el Gobierno nacional decidiera eliminar la gratuidad de la vacuna contra la fiebre amarilla fuera de las zonas consideradas endémicas, una medida que generó polémica en el ámbito sanitario.

Una infección viral aguda

La fiebre amarilla es una infección viral aguda transmitida por el mosquito Aedes aegypti, el mismo vector del dengue y el zika.

Produce fiebre alta, dolor muscular, náuseas, sangrados y, en los casos graves, puede causar insuficiencia hepática y la muerte.

Aunque carece de un tratamiento específico, existe sí una vacuna eficaz, de aplicación única, que ofrece inmunidad de por vida. Está recomendada para todas las personas mayores de 9 meses que vivan o viajen a zonas de riesgo, como parte de las estrategias más efectivas de prevención.

Si bien la Argentina lleva más de una década sin casos locales, la OPS calificó el riesgo regional como “alto”.

El movimiento de viajeros, tanto internos como internacionales, aumenta la posibilidad de reintroducir el virus en zonas donde el mosquito está presente.

El desplazamiento de personas

En un comunicado, la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), junto a sus pares de Virología (SAV), Medicina (SAM), Pediatría (SAP), Microbiología (AAM) y Vacunología y Epidemiología (SAVE), alertaron sobre posibles desplazamientos de “personas potencialmente virémicas” hacia regiones vulnerables.

Estas personas, si son picadas por mosquitos locales, podrían desencadenar “brotes en áreas urbanas” como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde el Aedes aegypti está ampliamente distribuido.

Según los datos difundidos, durante el segundo semestre de 2024 se realizaron 4,1 millones de viajes de turismo interno en el país, y el 34% tuvo como destino provincias del noreste y noroeste. Además, en junio de 2025 hubo casi un millón de viajes internacionales, en su mayoría hacia Brasil, uno de los países con mayor circulación viral.

De ahí que las sociedades científicas consideran que nuestro país “presenta condiciones de riesgo para desarrollar brotes de fiebre amarilla dada la extensión territorial del vector Aedes aegypti hasta la provincia de Río Negro, con la presencia de áreas ecológicamente vulnerables en regiones del NOA y NEA”.

Por eso advirtieron con firmeza que “no propiciar el acceso a una vacuna efectiva para una enfermedad inmunoprevenible de alta letalidad implica un riesgo tanto individual como colectivo que debe ser evitado”.

UNA VACUNA RESTRINGIDA

En agosto pasado el Ministerio de Salud nacional dispuso limitar la vacunación gratuita contra la fiebre amarilla a los habitantes de Formosa, Misiones y Corrientes y algunos departamentos de Chaco, Jujuy y Salta, lo que obliga a quienes viajan a esas y otras zonas de riesgo a pagar unos $214.000 por acceder a la inmunización.

Como explicaron desde la cartera sanitaria dirigida por Mario Lugones, se trata de una “política de eficientización de los recursos” que apunta a “reducir en un 34% la cantidad de unidades a comprar”, lo que implicaría “un ahorro de US$697.566”.

Ante esa polémica medida, la provincia de Buenos Aires se desmarcó ratificando que “la vacuna sigue siendo gratuita” en hospitales y centros de salud de su jurisdicción.

“Es uno de los tantos ejemplos en donde es muy importante tener un Estado responsable, presente, preventivo y activo. Si por alguna cuestión una persona viaja sin vacunarse, contrae el virus de la fiebre amarilla y lo importa a nuestro país, el daño en salud es muchísimo mayor y sin consecuencias medibles de lo que sería vacunar a esa persona”, explicaron fuentes del Ministerio de Salud provincial.

 

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