Un acto del Presidente para reafirmar vínculos con pastores evangélicos
Edición Impresa | 5 de Noviembre de 2025 | 02:46
El hecho ocurrió el lunes, pero trascendió ayer. Ese día, después de la reunión de gabinete que dejara la foto con el nuevo elenco, Javier Milei encabezó en la Casa Rosada una ceremonia con pastores evangélicos. Escuchó oraciones, fue bendecido y, con la voz quebrada, atribuyó el triunfo bonaerense “al uno”. Se supone que hablaba de Dios. El Presidente fue acompañado -cuando no- por la secretaria General Karina Milei, el asignado jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y el nuevo ministro del Interior, Diego Santilli.
La convocatoria fue impulsada por la Alianza de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), que agrupa a más de 15.000 congregaciones. El encuentro, según sus autoridades, tuvo un carácter institucional: “Fue un evento para bendecir al país, al Presidente y su gabinete, en el marco de una ley nacional que conmemora el Día de las Iglesias Evangélicas”, explicó Christian Hooft, presidente de Aciera.
La ley 27.741, sancionada el año pasado, instituyó el 31 de octubre como fecha oficial y dispuso que el Poder Ejecutivo “propiciará actividades específicas” relacionadas con el día nacional instituído. Curiosamente, cuando ese proyecto se votó en la Cámara de Diputados en septiembre de 2023, Milei era legislador. Estuvo presente en la sesión pero...se abstuvo.
Entre 40 y 50 pastores participaron del acto. La escena central fue breve, pero cargada de simbolismo. Sentado y rodeado por pastores, Milei recibió una bendición para él y su equipo. Karina, con las manos extendidas, acompañó la oración mientras un grupo de esposas de pastores se acercaba para orar por ella, sosteniéndole los brazos. Luego vino el discurso presidencial, cuando lo político irrumpió en el rito: Milei interpretó el resultado bonaerense como una intervención divina.
Contó que, en plena campaña, un pastor -cuyo nombre no se reveló- había pedido verlo. La cita coincidió con una reunión con Santilli, ya designado jefe de la campaña en la Provincia. “El religioso oró, nos bendijo y se fue”, recordó. Según los presentes, el Presidente admitió que si LLA lograba achicar a cinco puntos la diferencia de 14 con el peronismo tras las elecciones del 7 de septiembre, ya se daban por satisfechos.
Así tras el resultado final (Santilli remontó todo y ganó por un pelito luego de una campaña plagada de tropiezos), fue leído como una sorpresa “sobrenatural” o divina. Al menos eso se desprende de lo hablado en la Rosada.
La reunión también funcionó como una devolución de gentilezas. Los pastores agradecieron la firma del Decreto 486/2025, que les permitió constituirse como iglesias sin necesidad de adoptar la forma de asociación civil o fundación, y reconvertirse bajo su propia normativa religiosa. Milei ya había reservado el mayor templo del país de este sector religioso, en Chaco, hace pocos meses.
En sintonía
La sintonía entre cierta derecha vernácula y el evangelismo no es nueva. Es el mismo vínculo que ostentan Donald Trump en Estados Unidos o el expresidente Jair Bolsonaro en Brasil. En la Argentina, ese puente se consolidó por afinidades ideológicas: la defensa de la familia tradicional y el rechazo al aborto, a la “ideología de género” y a la educación sexual integral, son banderas de los evangélicos que Milei adoptó como propias.
Gabriel Ballerini es pastor evangélico, exdirector de Bioética de Aciera y fue figura visible en el debate contra la legalización del aborto en 2018–2019. “Representamos el costado conservador del libertarianismo (sic) de Milei”, dijo a la prensa. Y definió lo ocurrido el lunes como “un encuentro histórico”. Explicó por qué: “Es la primera vez que se realiza un culto evangélico dentro de la Casa Rosada”.
De todos modos, a prestar atención a un dato: no todos en el mundo evangélico celebran el acercamiento al poder entre púlpito y poder. La propia Aciera difundió un documento en el que advierte sobre el riesgo de “mezclar o confundir las funciones pastorales con la vocación por la cosa pública”. Pero, en rigor, para el mileísmo es útil esta suerte de alianza porque amplía la capilaridad territorial que necesitaba de cara a 2027.
Hoy el oficialismo libertario ya cuenta con varios diputados y senadores que predican esta fe que, según datos del Conicet que ya tienen varios años (son del 2019), identifica a un 15,3% de la población argentina (más de siete millones de personas).
En el 2008 ese número era de 9%. El crecimiento fue motorizado sobre todo por jóvenes y sectores populares, acaso alejados de la Iglesia Católica. Es un universo que el gobierno violeta mira con especial atención.
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