Dua Lipa hizo delirar a River y se ganó el corazón argentino con un temazo de Soda Stereo

Entre lluvia, luces, glamour y coreografías perfectas, la cantante sorprendió a todos con su versión de “De música ligera” y dejó una marca imborrable en el Monumental

Ni el cielo gris ni las gotas que cayeron sobre el estadio de River pudieron apagar la euforia. Desde temprano, los alrededores del Monumental se transformaron en una romería de glitter, banderas y carteles de amor. Miles de fans —muchos con looks inspirados en el estilo Dua— acamparon desde la madrugada para asegurarse un lugar cerca del escenario.

Cuando las luces se apagaron y sonó el primer beat de Training Season, el estadio estalló. Dua Lipa apareció enfundada en un body plateado brillante y botas hasta las rodillas, rodeada de doce bailarines impecables. El show fue una descarga eléctrica: luces LED, pantallas gigantes, fuegos artificiales y un sonido digno de los grandes festivales.

La diva británica repasó todos sus hits: Break My Heart, Levitating, Physical, One Kiss, Be The One y Dance The Night, esa joya de la banda sonora de Barbie que levantó al público en una coreografía multitudinaria.

Pero el momento más poderoso no fue uno de sus clásicos.

“Aprendí que el rock es muy importante acá, así que espero que me acompañen”, dijo en un español perfecto antes de lanzar el acorde que nadie esperaba.

Las primeras notas de “De música ligera” sonaron y el estadio tembló. No hubo tiempo para procesar: la multitud gritó, cantó, lloró y grabó con los celulares en alto.

Dua no solo se animó a una de las canciones más queridas del rock argentino: la interpretó sin errores, con acento porteño y una sonrisa que la volvió una más del público. En ese instante, el Monumental se convirtió en un karaoke gigante, uniendo generaciones y estilos.

El gesto fue más que un guiño; fue una declaración de amor cultural. Las redes sociales explotaron al instante: hashtags como #DuaLipaEnRiver, #DeMusicaLigera y #DuaArgentina se volvieron tendencia mundial. “Dua Lipa entendió todo”, repitieron miles de usuarios.

La cantante, visiblemente emocionada, levantó la vista al cielo y saludó con una mano en el corazón. “Gracias por tanto amor, Buenos Aires”, dijo en un castellano que le valió otra ovación.

Glamour y flores en Palermo

Antes del show, Dua vivió unas horas de calma en Buenos Aires. Aterrizó el miércoles por la noche y se hospedó en un lujoso hotel de Recoleta junto a su hermana Rina y parte de su equipo. Desde ese momento, comenzó la “operación sigilo”: persianas cerradas, traslados privados y un séquito que intentaba evitar que los fans descubrieran su paradero.

Pero el jueves, el misterio se rompió. La cantante apareció en Las Flores, el restaurante más instagrameable de Palermo, donde la naturaleza se mezcla con el diseño. Llegó con un nombre falso —“Olivia Moss”— y una reserva especial en un rincón rodeado de arbustos nativos y luces cálidas.

El encargado del lugar lo recordó así: “Vimos el nombre en la lista y sospechamos. Cuando entró, fue como si el tiempo se detuviera. Ella, súper amable, pidió platos locales, brindó con vino tinto y hasta se sacó fotos con el personal antes de irse.”

Durante dos horas disfrutó de la calma porteña, entre platos de autor y postres con dulce de leche. Nadie la molestó. Solo algunas miradas cómplices y la certeza de que, en ese jardín palermitano, se escondía una de las voces más potentes del pop mundial.

Un antes y un después

El Radical Optimism Tour es una máquina de emociones. Con visuales que simulan paisajes oníricos, coreografías de precisión milimétrica y una puesta sonora perfecta, el espectáculo confirma que Dua Lipa es mucho más que una artista pop: es una performer total.

El segundo acto del show abrió con Maria y These Walls, seguido por una impactante transición hacia Physical, acompañada por tubos de luz fluorescente y una energía que hizo vibrar el suelo del estadio.

En un tramo más íntimo, se subió a una pequeña tarima en medio del campo y cantó Anything for Love, rodeada de miles de luces de celulares. La escena fue pura conexión: una diva global frente a un mar de fans argentinos que la aplaudían entre lágrimas y sonrisas.

Luego, Electricity, Love Again y Hallucinate encendieron la parte más bailable de la noche. El cierre fue una sucesión de hits y explosiones: New Rules, Don’t Start Now, Dance The Night y, finalmente, Houdini, con lluvia de papelitos dorados cayendo sobre el público.

Su amor por Argentina

Dua Lipa ya había visitado el país en 2017 (como telonera de Coldplay) y en 2022, cuando agotó el Campo Argentino de Polo. Pero esta vez fue diferente: llegó como ícono global, con tres discos en el bolsillo y una comunidad de fans que la siente propia.

Su conexión con el público argentino fue inmediata. A lo largo del show, improvisó frases en español, lanzó besos al aire y se mostró emocionada al ver los carteles con mensajes como “Dua, adoptanos”.
Al final del recital, prometió volver: “Siempre me hacen sentir en casa. Los amo, Argentina.”

El público respondió con un rugido que se escuchó hasta Núñez.

La artista británica dejó el escenario envuelta en aplausos, consagrando una noche mágica donde el pop y el rock se abrazaron bajo la lluvia.

Un cierre de película

De camino al hotel, escoltada por motos y camionetas, Dua asomó la mano por la ventanilla y saludó a los fans que todavía la esperaban sobre la avenida Figueroa Alcorta. Algunos lloraban, otros seguían cantando Levitating bajo el agua.

Horas después, subió una historia a Instagram: una foto del estadio lleno y una simple frase en español: “Gracias, Buenos Aires. Fue mágico.”

Y así, entre luces, música y una versión inolvidable de Soda Stereo, Dua Lipa selló su romance con el público argentino.

Porque hay conciertos… y hay noches que se vuelven historia.

Dua Lipa
Estadio de River
Soda Stereo
De música ligera

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