Crece el empleo sin empleadores

Jorge Colina 

eleconomista.com.ar

En el Senado de la Nación los libertarios quieren forzar con velocidad la reforma laboral. Los kirchneristas resisten con obstinación. La lucha es encarnizada.

En el templo de las reivindicaciones obreras de la Argentina, la gloriosa Plaza de Mayo, donde otrora el pueblo trabajador se emocionaba con los discursos del Gran General, la CGT convocó a una movilización contra la reforma laboral. A diferencia de otrora, en esta ocasión la multitud era con “pseudo-trabajadores pagos (por la CGT)”. La paga debe hacer sido mísera, porque la multitud estaba bastante deshilachada.

Cuestión es que en este escenario felinesco, salió el Indec y tiró la bomba: los datos del mercado laboral del 3° trimestre del 2025.

Primer dato positivo: creció la participación laboral; siempre es buena noticia que más gente se incorpore al mercado de trabajo a buscar su propia prosperidad con el sudor de su frente y sus sueños por realizar.

Segundo dato positivo: creció mucho más el empleo; más positivo aún porque implica que hay menos desocupados. Tanto es así que la tasa de desempleo disminuyó de 7,6% a 6,6% en el 3° trimestre del 2025 respecto a igual período del año anterior.

Tercer dato positivo (y este ya amerita aclamación): no aumentó el empleo asalariado no registrado o empleo “en negro”. El año pasado era de 36,7% y este año es de 36,7%. Aumentó el empleo y no aumentó el empleo asalariado no registrado. No puede no ser buena noticia. En este marco, el lector se preguntará: ¿che, hace falta entonces la reforma laboral?

Las malas noticias

Resulta que el fuerte aumento del empleo total fue enteramente vía el cuentapropismo informal. Aquí se abren dos malas noticias.

La primera mala noticia es que la gente se autoemplea no porque tenga vocación de emprendedor exitoso sino porque no le queda otra. Se autoemplea para no pasar hambre. La prueba está en que el tipo no se inscribe ni el Monotributo cuya máxima virtud es que es super-simple y super-barato. Pero ni a esto llega.

La segunda mala noticia es que no hay nuevos empleadores y los que hay no quieren tomar más gente por miedo, no a la ley laboral, sino a la doctrina laboral (la forma en que los jueces aplican las leyes) y al procedimiento laboral (el trabajador litiga sin costo, la carga de la prueba está en cabeza del empleador y el juez -ante la duda- tiene la obligación de fallar a favor del trabajador).

Tanto la doctrina como el procedimiento laboral presuponen que el empleador es un ogro y el trabajo una indefensa víctima. La justicia laboral es David. El empleador Goliat.

Ganó David. Murió Goliat.

Ahora los nuevos laburantes son todos trabajadores sin empleadores, laburando por su cuenta “en negro”.

La reforma laboral: ¿es la solución? Ni.

Si. Porque aporta por el lado de que aclara muchos aspectos de la ley de Contrato de Trabajo y sus complementarias para evitar conflictos de interpretación entre el empleador y el trabajador. Mejora la organización de la actividad sindical dentro de la empresa. Le da prelación al acuerdo entre el empleador y el trabajador por encima de los viejos y vetustos convenios colectivos de trabajo. Propone los FAL (Fondo de Asistencia Laboral) para facilitar el pago de la muy costosa indemnización por despido.

Pero hasta aquí. Ahora viene la parte del no.

Porque todo depende después de qué pasará con la doctrina laboral. Esto es, cómo los jueces aplicarán la reforma laboral.

El mejor ejemplo es lo que pasó con la eliminación de la multiplicación de la indemnización por despido cuando había falla de la registración laboral. Se eliminó esta arbitraria multiplicación con la Ley de Bases. Gran reforma laboral. Resulta que ahora la doctrina laboral (los jueces) aplican “daños y perjuicios” a la indemnización por despido lo cual tiene el mismo efecto que la multiplicación eliminada con la Ley de Bases.

Por eso, que la lucha por la reforma laboral no sea pírrica porque, luego de sancionada, quedará mucho camino por andar. Hay que seguir por cambiar la doctrina laboral y darle racionalidad al proceso del juicio laboral.