“Stranger Things” y los oscuros 80s

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Si hay algo que distingue a “Stranger Things” es el cuidado obsesivo por los detalles, por ejemplo en cuanto al vestuario, clave en la serie. Recrear la moda de los ochenta no fue tarea sencilla y para eso, la vestuarista Amy Parris, debió recurrir a casas vintage y a la recreación artesanal de suéteres y tejidos, incluso pintándolos para que coincidieran con los originales. Algunos personajes, como Erica, Eleven y Steve, usaron zapatillas Nike personalizadas, mientras que otros looks funcionaron como guiños cinéfilos.

El trabajo en peluquería y maquillaje es otro de los detalles cuidados de la producción. El corte de Will Byers, inspirado en Sebastian de “La historia sin fin”, se mantuvo casi inalterable como símbolo de su estancamiento emocional, hasta que en esta temporada final evoluciona. El pelo de Nancy se inspira en Sigourney Weaver en Alien, mientras que las colitas de la pequeña Holly Wheeler hacen referencia a personajes infantiles clásicos como la inolvidable Gertie, interpretada por Drew Barrymore, en “E.T.”.

En un clima narrativo más oscuro y apocalíptico, el maquillaje acompaña con una estética más natural y realista, aunque con un trabajo minucioso detrás: el color de la sangre fue especialmente diseñado para funcionar con la iluminación azul y roja que caracteriza a la serie. Y si de transformaciones se trata, la de Vecna sigue siendo una de las más impactantes de la televisión reciente. Jamie Campbell Bower pasó cerca de 70 horas en la silla de prótesis en temporadas anteriores, aunque en esta última el proceso se optimizó gracias a un nuevo diseño que incorpora quemaduras y cicatrices de las batallas pasadas.

En sintonía, el mundo del Upside down también creció en escala. Para construir sus enredaderas y paisajes aterradores se utilizaron decenas de kilómetros de tubos, cuerdas y tentáculos, que luego fueron ampliados digitalmente por el equipo de efectos visuales.

 

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