Touba Niang: de ser vendedor ambulante a promesa del boxeo argentino
Edición Impresa | 29 de Diciembre de 2025 | 01:41
Touba Niang se ha convertido en la sensación actual del boxeo nacional. El púgil senegalés lo volvió a ratificar en la cuadrilátero de la FAB, ya que estiró el invicto a su décima victoria consecutiva (siete por nocaut) con el triunfo por KOT sobre Agustín Chávez, en el quinto round de una pelea de la categoría Superwelter pactada a ocho.
Hasta ese momento, Chávez había complicado a Niang con un planteo ordenado y efectivo, llegando incluso a derribar al africano en el tercer asalto. Sin embargo, Niang recuperó la compostura y, en una ráfaga de golpes de derecha e izquierda, dejó groggy al santiagueño (seis triunfos, tres nocaut, y cuatro derrotas, tres antes del límite) y lo mandó a la lona.
El árbitro del combate Ricardo Vivas llegó a contarle hasta nueve a Chávez, a quien la “campana lo salvó”, y lo mandó a su rincón. Sin embargo, “Bazooka” no salió para el quinto episodio. “Me rompió la mandíbula”, le dijo varias veces el crédito de Villa Robles a uno de sus segundos, quien finalmente tiró la toalla.
Touba Niang tiene 33 hermanos, dos de ellos también están radicados en nuestro país
Niang es uno de los nuevos fenómenos del deporte de los puños a nivel nacional. Tiene 24 años y 33 hermanos. Comenzó a boxear desde hace cuatro años y debutó como profesional hace apenas trece meses. Reparte su tiempo entre el deporte y la venta ambulante de indumentaria, en Quilmes.
La “Mamba de ojos claros”, como se lo conoce, nació el 12 de junio de 2001, en Watef, un pequeño pueblo rural ubicado a poco más de 100 kilómetros de Dakar, pero vive en Quilmes desde hace casi una década. “Acá encontré a personas muy buenas, que me ayudaron muchísimo, me dieron una mano para todo. Hasta el último día de mi vida voy a estar agradecido a Argentina y a su pueblo. Me siento como en mi país”, contó en su momento el boxeador africano entre medio de las lágrimas.
Desde pequeño no se llevaba bien con los estudios y a los 15 años ya trabajaba junto a sus padres para ayudar en la casa donde reinaba la humildad, pero no el cariño de sus papás y hermanos.
Fue en ese contexto que se enteró que un vecino suyo había emigrado a Argentina en busca de oportunidades, lo cual lo impulsó a seguir ese camino. Touba Niang le dijo a su padre que quería viajar para tener una vida mejor y abrir nuevos horizontes. A pesar de las recomendaciones que recibió, el joven senegalés ya había tomado la determinación de trasladarse a nuestro país.
“Allá para viajar están Los Coyotes. Fui a ver a uno de su comunidad. No me dejó terminar de hablar, cuando me preguntó: la plata había que pagar para hacer el viaje. Después vino, me habló y me dieron una fecha. De este modo se forman grupos y viajan de manera ilegal”, explicó con nostalgia Touba Niang.
La “Mamba Negra” es una serpiente africana extremadamente venenosa y, como quedó dicho, Touba Niang es uno de los cientos de migrantes senegaleses que se radicaron en el país, especialmente durante las últimas dos décadas. Según un estudio de la Dirección Nacional de Población son más de 2.500 ciudadanos de ese país africano que cuentan con DNI y residencia en Argentina -favorecidos por los regímenes de regularización-, de los cuales el 95 por ciento son hombres y el 73 vive en la zona del AMBA.
La adaptación no fue sencilla para Touba Niang. Debió soportar situaciones de hostigamiento policial por su labor como vendedor callejero y experimentó situaciones de discriminación, aunque remarca que eso nunca lo afectó .“No me molesta que me digan negro. Soy negro, estoy orgulloso de serlo y si volviera a nacer, volvería a ser negro”, manifestó.
Al margen del boxeo también es vendedor ambulante, en Quilmes
Como contrapartida, Touba Niang valora el buen trato que recibió de la mayoría de los argentinos con quienes se relacionó y el apoyo de la red de migrantes senegaleses.
A una década de su llegada, Touba Niang regularizó su situación migratoria, consolidó su proyecto comercial de venta de indumentaria (”Anti Dólar”, se llama el local en la Galería Colón de Quilmes), ayudó a dos de sus hermanos a afincarse también en el país; mientras que está en pareja y habla castellano con fluidez y tiene algunos giros típicamente argentinos como “me hice el boludo” o “me hacen el aguante”. Además, el año pasado pudo viajar por primera vez a Senegal natal, donde celebró su cumpleaños con su gente.
“Mi sueño es ser alguien en el boxeo y poder ayudar a la gente. No importa dónde. En mi país, acá, India o donde sea”, afirmó el nuevo “showman” del boxeo argentino. Con 24 años, es una de las grandes promesas del deporte, y ya con el DNI permanente, no descarta iniciar el trámite de la ciudadanía, que puede tardar hasta diez años.
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