Volodimir Zelenski, el personaje del año que no necesitó un premio
Edición Impresa | 31 de Diciembre de 2025 | 00:52
Aunque ninguna revista ni jurado internacional lo consagró oficialmente, Volodimir Zelenski puede ser considerado el personaje de 2025. No por una victoria, ni por un giro histórico favorable, sino por la persistencia. A más de tres años del inicio de la invasión rusa a gran escala, el presidente de Ucrania sigue encarnando la resistencia de un país que lucha por su supervivencia política, territorial y simbólica en un escenario internacional cada vez más incierto.
UN LIDERAZGO NACIDO EN UN CONTEXTO IMPENSADO
El 24 de febrero de 2025 marcó el tercer aniversario del conflicto iniciado por Moscú, un episodio que devolvió a Europa la presencia explícita de un enfrentamiento de gran escala que se creía superado. Fue también la confirmación del liderazgo de Zelenski como figura global.
El excomediante, elegido presidente en 2019 con más del 70 por ciento de los votos como un outsider absoluto del sistema político ucraniano, se transformó desde 2022 en el rostro de una nación bajo ataque.
Su decisión de permanecer en Kiev durante los primeros días de la ofensiva rusa —cuando muchos analistas especulaban con una caída rápida de la capital— definió su perfil público. “Necesito municiones, no un aventón”, respondió a Estados Unidos cuando le ofreció un traslado seguro. Aquella frase sintetizó un estilo directo, emocional y anclado en valores universales que marcaron su trayectoria posterior.
En los primeros meses de la invasión, Zelenski delegó muchas decisiones en la cúpula militar ucraniana. Sin embargo, con el paso del tiempo adoptó un rol más personal en la conducción política y estratégica del país. En 2025 ya es, más que un jefe de Estado, un símbolo global.
La resiliencia que proyecta —de un presidente inesperado que se convirtió en referencia— lo transformó en una figura estudiada por especialistas en liderazgo, comunicación y psicología política. Sus intervenciones regularmente combinan firmeza, vulnerabilidad, empatía y claridad moral, una mezcla infrecuente en la diplomacia tradicional.
LA NARRATIVA: SU ARMA POLÍTICA MÁS EFICAZ
Si algo distinguió a Zelenski en 2025 es su capacidad narrativa. En un escenario internacional marcado por crisis simultáneas —tensiones en el mar de China Oriental, nuevas fricciones en Medio Oriente, incertidumbre económica global y un mapa electoral europeo cada vez más fragmentado— logró mantener a Ucrania en el centro de la conversación.
Su estrategia comunicacional se apoya en tres ejes:
-● Valores universales: Zelenski vuelve una y otra vez sobre conceptos como democracia, soberanía y dignidad nacional, que no solo apuntan a Ucrania, sino a un orden mundial basado en reglas compartidas.
-● Interpelación directa: sus discursos ante parlamentos, foros multilaterales, universidades y cumbres internacionales son más emocionales que técnicos. Un estilo que contrasta con el lenguaje burocrático de la diplomacia clásica.
- Universalización del conflicto: insiste en que la invasión rusa no es un problema local, sino un desafío a la arquitectura global de seguridad. Esa narrativa consiguió que Europa mantuviera, pese a sus divisiones internas, un apoyo económico y militar significativo a Kiev.
EUROPA COMO ANCLA Y DESAFÍO
En 2025, el sostén más consistente de Ucrania se encuentra en la Unión Europea. Zelenski logró que el bloque aprobara nuevos paquetes de asistencia y que mantuviera abiertas las puertas del proceso de adhesión, pese a resistencias de sectores nacionalistas y populistas dentro del propio continente.
Ese respaldo, sin embargo, convive con tensiones económicas, cambios de gobierno y la fatiga natural que genera un conflicto prolongado. En este contexto, el presidente ucraniano demostró una capacidad singular para sostener alianzas, reconstruir puentes diplomáticos y generar consensos mínimos en momentos de inestabilidad política europea.
EL ROL DE ESTADOS UNIDOS
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca redefinió el tablero. Su discurso más aislacionista, sus dudas sobre la continuidad del apoyo militar a Kiev y su acercamiento pragmático a Vladimir Putin colocaron a Zelenski ante un desafío diplomático inédito desde 2022.
Por primera vez, Ucrania debió convivir con la posibilidad concreta de que Washington reduzca su rol protagónico. Esto obligó a Zelenski a ampliar y diversificar su red de alianzas, reforzando vínculos con países del Báltico, Polonia, Alemania, Francia y, en menor medida, el Reino Unido y Canadá.
A la vez, las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia en busca de eventuales mecanismos de desescalada generaron preocupación en Kiev: el temor a decisiones tomadas “por encima de su cabeza” sigue siendo una amenaza latente. Zelenski, no obstante, fue claro al respecto: Ucrania no aceptará ningún acuerdo impuesto ni ninguna solución que consagre la pérdida de su integridad territorial.
DIPLOMACIA EN MOVIMIENTO: GIRAS Y PRESENCIA GLOBAL
Si 2025 mostró algo, es la capacidad de Zelenski para sostener una diplomacia hiperactiva. Su presencia en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en el Parlamento Europeo, en la Asamblea General de la ONU y en reuniones extraordinarias del G7 reforzó el mensaje de que la invasión rusa sigue siendo un punto crítico para la estabilidad mundial.
Además, mantuvo diálogos con América Latina —Brasil, Chile, México, Argentina— insistiendo en la importancia de una postura internacional contra la violación de la soberanía territorial. Ese esfuerzo apuntó a romper la neutralidad de varios países que buscan equilibrar sus relaciones con Estados Unidos, China y Rusia.
UN SÍMBOLO DE PERSISTENCIA EN UN MUNDO FATIGADO
Zelenski ya no es solo el presidente de un país sometido a una ofensiva extranjera. Es el símbolo de: una resistencia prolongada, una narrativa que combate el cansancio internacional, una dignidad nacional que se niega a retroceder, y un liderazgo inesperado que modificó la percepción sobre el rol político del siglo XXI.
En un año marcado por la incertidumbre global, su figura condensa la idea de que incluso en contextos adversos pueden surgir liderazgos capaces de influir en los debates fundamentales del sistema internacional.
Sin trofeos ni portadas consagratorias, Zelenski se consolidó como una de las personalidades destacadas de 2025. No porque el mundo lo celebrara, sino porque, pese al desgaste, sigue encarnando la defensa de principios que trascienden fronteras.
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