Zaniratto, el técnico que le devolvió la esperanza al Lobo en sólo un mes

En enero estaba en Reserva, pero reemplazó a Orfila y enderezó el rumbo de un equipo golpeado. Y sueña con llegar a la final

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Fernando Zaniratto nunca imaginó este cierre de 2025 a sus 44 años, luego de clasificar a Gimnasia en la semifinal del Clausura, donde enfrentará a Estudiantes. En enero asumió en Reserva, pero hoy tiene un mayor desafío: ir por el pasaje a la final en el clásico, para soñar en grande. Sin dudas, un contexto soñado para un entrenador que arrancó de abajo y que con un gran trabajo, revolucionó a un club que tuvo un complicado año. Levantó a un plantel golpeado, renovó nombres, potenció juveniles y le dio una identidad de juego, para salvar al club del descenso y entrar en la disputa del campeonato.

Gimnasia vivió muchas turbulencias este año, ya que en gran parte los resultados no se le dieron y tuvo que cambiar nombres sobre la marcha. Eso, sumado al convulsionado clima institucional, donde los problemas económicos dijeron presente y también el malestar de los hinchas con la dirigencia. A la par de la pretemporada que comenzó el plantel de primera división con Marcelo Méndez, Fernando Zaniratto se hizo cargo de la Reserva a comienzos de año, luego de haber dirigido la séptima (2021) y quinta división del club (2016, 2022, 2023 y 2024). Sin embargo y con pocos días en su nueva función, tuvo que ser el salvavidas de la primera división en febrero, tras la salida de Méndez por las dos derrotas iniciales ante Instituto y San Lorenzo.

El 2 de ese mes y con un puñado de prácticas, dirigió al Lobo frente a Independiente, donde cayó 2-0 en el Libertadores de América. Su primer interinato se extendió por dos partidos más, donde hubo resultados positivos: triunfo 1-0 ante Deportivo Español por los 32avos de la Copa Argentina y goleada 3-0 ante Godoy Cruz en el Bosque, para lograr los primeros tres puntos del equipo en el Apertura. La dirigencia apostó por la contratación de Diego Flores, por lo que el 10 de febrero, el Traductor se hizo cargo del equipo y Zaniratto volvió a la Reserva.

En el Apertura de la divisional, el Lobo no pudo avanzar a los playoffs, pero mostró buenos pasajes de fútbol. Terminó noveno con 17 puntos en la Zona B y solo quedó a una unidad de Atlético Tucumán, el último clasificado. Mientras tanto, el primer semestre del plantel de primera división no fue bueno, ya que tras la dura eliminación ante Central Córdoba de Rosario (de la Primera C), Diego Flores dejó de ser el DT, por lo que para el segundo semestre, el elegido fue Alejandro Orfila.

Zaniratto buscó darle identidad al equipo de Reserva para el Clausura y lo consiguió, ya que el equipo se mostró letal y con solidez defensiva. Con el aporte de Barros Schelotto y los goles de Jorge De Asis, Gimnasia fue uno de los protagonistas de la Zona B, peleando los primeros lugares.

Sin embargo, volvió a ser la rueda de auxilio de la primera: los resultados no acompañaron a Orfila y la CD lo despidió, días antes de jugar el clásico. De esta forma, el 19 de octubre, Zaniratto se hizo cargo del clásico pero las cosas no salieron: el Pincha ganó 2-0 y complicó al Lobo con la lucha por la permanencia.

 

Zaniratto dirigió al Lobo en 9 partidos: logró 7 victorias y sólo 2 derrotas

 

Ante esto y con el objetivo de dar vuelta la historia, cambió más de medio equipo, le dio lugar a juveniles y futbolistas que no tenían tanto lugar con Orfila, para lograr un triunfo histórico en el Monumental ante River y encaminar la salvación. Encontró funcionamiento rápido y logró otras dos victorias en fila (Vélez y Platense), para meterse en los playoffs. Y con todas las de perder, eliminó a Unión y Barracas Central como visitante, para disputar la semifinal ante Estudiantes del próximo lunes y soñar en grande. Y a su vez, le dejó una enorme a base a Ricardo Kuzemka, para que la Reserva llegue a la final del torneo.

Con poca experiencia (antes estuvo en el club Gonnet) pero con mucha convicción, le dio un estilo a Gimnasia en pocos partidos. Sacó al capitán, Gastón Suso, para darle lugar a un Enzo Martínez que potenció la defensa. Renovó el mediocampo, co nla inclusión de Max y el joven Nicolás Barros Schelotto, para armar la columna vertebral del equipo. Y le dio confianza a Merlo, Piedrahíta y Torres, para generar un ataque efectivo. Sin dudas, le devolvió la esperanza al Lobo y va por más.

Gimnasia

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