Un atraco que “cortó” la leche: asaltan un camión de una empresa láctea

En un impactante y violento golpe comando perpetrado ayer por la mañana, dos delincuentes armados irrumpieron con una frialdad escalofriante y asaltaron a un camión repartidor de la empresa La Serenísima.

En cuestión de minutos, se alzaron con un botín cercano a los 380.000 pesos y dos celulares que eran utilizados especialmente para la comunicación con la cartera de clientes.

La escena se desarrolló en la intersección de las calles 502 y 9, mientras los empleados realizaban la rutinaria descarga de mercadería en un comercio de la zona.

Eran las 8 cuando el camión detuvo su marcha en dicha intersección.

La tranquilidad de la mañana se vio interrumpida por el rugido de una motocicleta de alta cilindrada, negra y sin patente, que se aproximó con decisión.

Las dos figuras vestidas de negro y con el rostro totalmente cubierto descendieron, exhibiendo sus armas con una intimidante seguridad.

Uno de los asaltantes, con un revólver “oscuro” en la mano, se dirigió al comercio con paso firme y una mirada gélida.

Dentro del local, el ambiente se tensó de inmediato: apuntó sin titubeos a quienes se encontraban allí, exigiendo silencio y cooperación.

Mientras tanto, su cómplice se encargaba de los empleados del camión.

Con extrema violencia, los obligó a arrojarse al suelo: el chofer, inmovilizado boca abajo, apenas podía respirar por el peso de la desesperación, mientras su compañero era arrastrado fuera del vehículo y reducido brutalmente sobre el asfalto.

Allí comenzó un feroz interrogatorio que concluyó con la divulgación, por parte del empleador, del lugar en el que se encontraba la recaudación: el dinero estaba en la cabina del camión. Sin perder tiempo, irrumpió en el vehículo, revolviendo con ansiedad hasta encontrar la caja con los casi 400 mil pesos.

Las primeras hipótesis son inquietantes.

Todo indica que los delincuentes no actuaron al azar: habrían seguido de cerca el recorrido del camión, analizando cada punto de descarga y esperando el momento exacto para lanzar su brutal ofensiva. Se sospecha que, tras calcular la recaudación acumulada, tomaron la decisión de atacar.