Qué se sabe del rayo de luz que iluminó y sorprendió a la Región
Edición Impresa | 3 de Febrero de 2025 | 02:53

Una ráfaga brillante y refulgente iluminó las costas del Río de La Plata el sábado pasado por la noche. Muchos vecinos de la Ciudad fueron testigos del rayo de luz que, a gran velocidad, partió en dos el cielo y despertó una inusitada curiosidad en los platenses.
La explicación científica expresa lo siguiente: si un meteoroide se acerca suficientemente a la Tierra e ingresa en la atmósfera terrestre, se evapora hasta convertirse en un meteoro: un haz de luz en el cielo.
Así lo explicó el director del Planetario de la Universidad Nacional de La Plata, Guillermo Bosch, en diálogo con EL DIA: “Los fragmentos chicos que son atraídos por la Tierra, caen, atraviesan la atmósfera donde, por diversos motivos, se van calentando provocando un brillo particular. Al desintegrarse, aumenta la luz, pero nunca llega a generarse una caída o una explosión en el horizonte ya que se agota el brilla antes del impacto”.
El asteroide, mientras recorre el vacío total del espacio, no tiene nada que lo altere. Pero a medida que ingresa a la atmósfera, la resistencia con el aire y con el gas que lo rodea genera fricción y compresión. “El gas se comprime y se calienta, entonces se produce ese fenómeno que lo hace algo brillante propio del proceso de desintegración”, aclaró el director.
“Para ser un poco más estricto sobre el brillo del material del asteroide, del meteoro que se está desintegrando, se calienta el gas cercano y el gas de nuestra propia atmósfera. Todo esto provoca que los destellos aumenten más todavía: es una mezcla del material propio del fragmento de asteroide en conjunto al gas de la atmósfera caliente”, agregó.
En cuanto a poder reconocer este fenómeno, Bosch aconsejó: “Siempre que se vea algo que está atravesando el cielo muy brillante, si es de origen externo a nuestro planeta, lo más probable es que sea algún fragmento de asteroide”.
Detección previa
La detección de los asteroides a través del ojo humano, es una tarea difícil. Lo cierto es que, en la mayoría de los casos son fragmentos de asteroides muy pequeños cuyo brillo es muy bajo. “A los objetos más brillantes, vistos fuera de la atmósfera, son detectables y seguidos primero con redes de telescopios pequeños y luego con telescopios más grandes para poder tener órbitas más precisas”, advirtió Bosch.
Además, agregó: “Todos aquellos objetos que luego de hacerle los cálculos de cuáles son sus órbitas una vez que se conocen se puede estudiar y saber si de acá a 10, 15 o 20 años, conociendo cómo se mueven ellos y cómo nos movemos nosotros, si en algún momento van a pasar o no cerca cuando se refiere cerca, es decir, entre la Luna y nosotros”. No obstante, sentenció: “Todo objeto que alguna vez se detecta, está siendo monitoreado para estar atentos a cualquier alerta”.
Es bastante común escuchar sobre el fenómeno de lluvias de estrellas, más conocidas como estrellas fugaces. “No estamos hablando de asteroides, si no de retazos de bloquecitos, fragmentos de hielo y polvo de algún cometa que se desintegró”.
Al igual que con los asteroides, las órbitas de los cometas y sus restos son objeto de estudio. “Muchas veces el cometa ya no existe, pero los restos siguen continúan la misma órbita”. De esta manera, esas partículas pequeñas de hielo y polvo que producen “pequeñas estrellas fugaces” y provocan eventos similares al que sorprendió a la Región el sábado por la noche. “Para verlo hay que ir a un lugar más oscuro. Es menos intenso pero es un espectáculo muy lindo para ver”.
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