No podía fallar, ganó y así evitó un enojo mayor
Edición Impresa | 6 de Febrero de 2025 | 05:04

Por MARTIN MENDINUETA
Lo mejor de Gimnasia fue el triunfo; el resto de lo que mostró anoche en el estadio de Quilmes no logró entusiasmar a sus hinchas.
Inmerso en una realidad futbolística muy pobre, el equipo dirigido por Zaniratto quedó muy lejos de ofrecer un rendimiento convincente.
En medio de la tensa espera por conocer quién será el nuevo director técnico, el modesto Deportivo Español se las arregló para desnudar severas limitaciones de una formación pobre de convicción y de confianza.
El triunfo generó el desahogo imprescindible a mitad de una semana muy complicada para la comisión directiva, que está cada vez más cuestionada por los socios.
La inusual demora en la contratación más esperada no ha hecho otra cosa que aumentar las críticas y profundizar el horrible estado de incertidumbre.
FLOJO COMIENZO, MUY IMPRECISO Y SIN PODER MARCAR DIFERENCIAS
A Gimnasia le costó horrores ser protagonista y demostrar en el campo que era el gran favorito para quedarse con el pase a la próxima ronda. Empezó jugando flojo, impreciso, sin convicción y Español, más allá de sus limitaciones técnicas, tomó nota rápidamente y se acomodó con soltura en una pulseada pareja.
El Lobo redondeó una muy floja tarea porque fue incapaz de establecer diferencias nítidas ante un rival que milita en la Primera División C.
Un remate de De Blasis y otro de Alan Sosa, que pasaron cerca de la base del palo derecho, fue todo lo que construyó el equipo que puso en cancha el entrenador interino.
Los mismos que habían jugado bastante mejor ante Independiente tuvieron una primera mitad realmente deficitaria.
El pitazo final de esa etapa sólo generó más bronca y mayor disconformismo por el desempeño de un equipo sin carácter ni lucidez para llevarse por delante a quien tenía enfrente.
GOL IMPRESCINDIBLE PARA QUE LA BRONCA NO TREPE MÁS ALTO
Cuando Rodrigo Castillo la embocó, el Lobo cortó una larga racha sin festejos y, también, sintió un alivio enorme.
En una noche donde no le sobró absolutamente nada, por lo menos se llevó el cheque y el pasaje al próximo escalón competitivo.
Gotitas de fútbol de De Blasis y algunas intervenciones ofensivas de Pintado alcanzaron el podio de lo mejor en una jornada escasa de brillos deslumbrantes.
El partido del próximo domingo frente a Godoy Cruz representará un desafío grande. Anoche no debía sumar problemas ni “tirar nafta arriba del fuego”.
El Lobo ganó y sus fieles se fueron a dormir pensando en cómo seguirá el primer semestre de un año que pinta bastante duro. La pequeña alegría, entre tanto nerviosismo, sirvió para sumar algo de calma.
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