Alejandro Korn: una figura fundamental en la vida de la Universidad platense
Edición Impresa | 2 de Marzo de 2025 | 00:12

Alejandro Korn está considerado generalizadamente en diversos ámbitos académicos e intelectuales de nuestro país, y con justicia, como “el fundador del pensamiento filosófico en Argentina”.
La ética, la justicia, la libertad, y la condición humana, constituyeron las grandes preocupaciones del Alejandro Korn filósofo; y ese hondo contenido humanista también lo guió en su trayectoria universitaria.
Mediante la metafísica, la religión y la intuición asentó las bases de lo que consideraba que debería ser la filosofía frente a la rigidez positivista.
Pero la pregunta es si hay que destacar a esta riquísima personalidad sólo o fundamentalmente como un filósofo, y la respuesta es, decidida y rotundamente, no. Porque también fue un médico psiquiatra de gran relieve y prestigio, un reconocido docente, sobresaliente político del socialismo argentino, escritor, premiado esgrimista y hasta intendente de nuestra ciudad durante un breve lapso.
Alejandro Korn, uno de los cinco sabios
Como si fuera poco, llegó a ser nada menos que presidente del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata.
Desde la UNLP, al historiar la vida de Alejandro Korn, se pone de relieve que “fue el primer funcionario universitario en América Latina en ser elegido con el voto estudiantil”, un logro de enormes dimensiones para la época y que no hace más que traducir la trascendencia y el valor que su figura ya había obtenido.
Su polifacética y fecunda obra en distintas actividades le valió el reconocimiento amplio en todo el país, y por eso, junto a Florentino Ameghino, Juan Vucetich, Almafuerte y Carlos Spegazzini, su busto forma parte del monumento existente en el Paseo del Bosque, en inmediaciones del Museo de Ciencias Naturales, conocido como los “cinco sabios de La Plata”.
BREVE RESEÑA BIOGRÁFICA
Alejandro Korn nació en la localidad bonaerense de San Vicente el 3 de mayo de 1860 como primogénito del matrimonio integrado por el alemán Carlos Adolfo Korn, médico y militar, y la suiza María Verena Meyer, quienes emigraron conformando una familia con siete hijos varones y una mujer.
A poco de su radicación en San Vicente, Korn padre se destacó plenamente ejerciendo la medicina, oficiando de juez de paz, promotor de la llegada del ferrocarril a aquella localidad; tuvo una exitosa e incansable labor como médico durante las epidemias de cólera, lo que le valió que el presidente Domingo Sarmiento le otorgase una condecoración.
Alejandro tuvo una infancia feliz en un ámbito rural, lo que no le impidió aprender a leer antes de iniciar la escuela primaria en San Vicente, además de tener un variado tipo de lecturas y escribir narraciones infantiles. Ya a los doce años podría decirse que tenía una cultura largamente amplia para un niño de esa edad, lo que incluía el amplio dominio del idioma germánico, pero sus inquietudes intelectuales eran todavía mucho mayores.
Secundó a su padre en la instalación del primer molino harinero de la zona y en la labor del juzgado de paz, pero a los 17 años, con anuencia de sus progenitores, tomó la decisión de irse solo a vivir a Buenos Aires para estudiar el secundario en el Colegio Nacional de la capital del país.
Cuando egresó, comenzó a estudiar medicina en la Universidad porteña, en la que se graduó en 1882 con una tesis sobre “Locura y crimen”.
Ese mismo año, el de la fundación de nuestra ciudad, contrajo nupcias con María Villafañe y se radicó en Navarro para iniciar el ejercicio de su profesión médica. Tiempo después se mudó con su esposa a Ranchos.
Alejandro Korn también fue una figura importante en ámbito de la Ciudad
MUDANZA A LA PLATA
Luego de unos años y ya con una consolidada posición económica, Alejandro, que para esa época de su vida ya tenía también una sólida formación filosófica a partir de una dedicación autodidáctica, decidió emprender la aventura de trabajar en La Plata, trasladándose con su familia primero a Tolosa, para posteriormente adquirir y ampliar una elegante casona situada en 60 entre 8 y 9, en la que residió hasta el final de sus días.
En nuestra ciudad habilitó su consultorio profesional y en poco tiempo se hizo de numerosos pacientes y también de varios amigos, casi todos del campo intelectual, con quienes participaba en animadas tertulias. Además, en 1888 fue contratado como médico de policía.
Uno de esos amigos, Guillermo Udaondo, fue luego elegido como Gobernador bonaerense y en 1897 lo designó para dirigir el Hospital Provincial Melchor Romero, establecimiento asistencial que había sido inaugurado en la zona rural que hoy ocupa la localidad del mismo nombre en 1884, para atender todo tipo de patologías.
Era en cierto modo una experiencia pionera en el país porque se trataba más que nada de una colonia-hospital desarrollada sobre una superficie de ochenta hectáreas. Pese a que se trataba de un hospital general, su nuevo director se especializó en la atención de trastornos mentales. En poco tiempo amplió el nosocomio desarrollando un área de neuropsiquiatría, la que tiempo después se convirtió en el primer centro asistencial de su tipo de Latinoamérica.
Allí desarrolló innovadores y exitosos tratamientos de las distintas enfermedades mentales, que divulgó en publicaciones que tuvieron una amplia y positiva repercusión entre sus colegas argentinos y del exterior.
Durante la primera década del siglo pasado Korn gozaba de un amplio reconocimiento profesional y social en la capital bonaerense, y por eso no sorprendió cuando en 1910 fundó la Sociedad Médica de La Plata, siendo el primer presidente de la flamante institución profesional.
También ya en esos años se había transformado en uno de los mejores esgrimistas de nuestra ciudad, deporte en el que su padre lo había iniciado con gran destreza y elegante estilo.
El monumento de Alejandro Korn, entre los cinco sabios de La Plata
LA LABOR UNIVERSITARIA
El vínculo de Alejandro Korn con la Universidad trascendió a la docencia. Tuvo una singular relación con los estudiantes seguidores de sus ideas filosóficas, que encajarían esencialmente en la futura Reforma Universitaria, movimiento surgido en Córdoba en 1918 y que abriría un nuevo camino en la educación, en el que junto a Alfredo Palacios fue el gran referente de los estudiantes reformistas.
Ejerció la docencia en el Colegio Nacional como profesor de anatomía y en 1903 fue vicerrector de la Universidad Provincial de La Plata, durante el mandato de Dardo Rocha como rector, y posteriormente, fue profesor titular de la Cátedra de Historia de la Filosofía.
En 1918 fue elegido por los estudiantes como primer decano reformista de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, hasta 1921.
Entre otras iniciativas, impulsó la creación de la Carrera de Obstetricia. En 1919, cuando el movimiento estudiantil reclamaba cambios, se hizo cargo de la Universidad platense junto a Carlos Spegazzini y Edelmiro Calvo.
Con respecto a su actividad política puede indicarse que en sus inicios formó parte de la Unión Cívica Radical, y nombrado por la Junta Revolucionaria en 1893 por algunos días se desempeñó como Intendente de la Ciudad.
Al año siguiente resultó electo diputado provincial por el radicalismo pero en 1897 y en total desacuerdo con hechos de corrupción acaecidos en el Banco Hipotecario por miembros de su partido, renunció a la banca y por unos años se alejó por completo de la actividad política, a la que retornó en 1917 al ser elegido concejal de La Plata por la UCR.
Pero al año siguiente cuando desde el radicalismo se lo postulaba como candidato a diputado nacional, renunció al partido en virtud de sus ideas que se habían identificado marcadamente con el socialismo.
“Socialismo ético e Incipit Vita Nova”, fue el título del libro sobre política que publicó un tiempo después.
Pero no fue sino hasta 1931 que se afilió al Partido Socialista, en el que en base a su prestigio e ideario dictó varias conferencias en la Casa del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
En 1934, fue elegido convencional constituyente para reformar la Carta Magna bonaerense pero junto con Alfredo Palacios y su hijo Guillermo Korn, renunció a su cargo para protestar por el fraude mediante el cual había sido electo.
La estación que lleva el nombre de Alejandro Korn
TITULAR MENS SANA
Korn, como se dijo, era un gran esgrimista y un consumado nadador desde que residía con su familia en San Vicente.
Por eso, no bien se radicó en nuestra ciudad se asoció al Club de Gimnasia y Esgrima La Plata y al Jockey Club; y como médico fue infatigable impulsor de la práctica deportiva como una forma de mantener sanos tanto el cuerpo como la mente.
En Gimnasia fue invitado a desempeñar varios cargos directivos hasta convertirse en el presidente albiazul en 1891, cargo que desempeñó hasta 1894 con enorme eficacia dado que, entre varios logros de importancia, consiguió la cesión de un amplio predio de la Universidad en la zona de 1 y 47, en donde emplazó el primer campo de deportes de la institución.
Alejandro Korn en su casa de La Plata, en la avenida 60
LA FILOSOFÍA
Al asumir el decanato de la facultad de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires en 1918, abandonó el ejercicio de la profesión médica y de esa forma poder volcarse enteramente a profundizar los estudios filosóficos que desde joven había iniciado por su cuenta.
En esa época estrechó vínculos con destacados filósofos como el argentino José Ingenieros con compartía similares puntos de vista, y otros del extranjero, entre ellos el cubano Enrique José Varona, los mexicanos José Vasconcelos y Antonio Caso en México, el peruano Alejandro Deustúa en Perú, el uruguayo Carlos Vaz Ferreira, el brasileño Raimundo de Farías Brito, y el chileno Enrique Molina.
Pese a desarrollar su actividad en la ciudad de Buenos Aires, siguió residiendo en La Plata, desde donde publicó desde 1922 y hasta 1926 la revista sobre filosofía denominada “Valoraciones”.
El 9 de octubre de 1936 murió en su casona de la avenida 60.
Al año siguiente, en la calle 49 entre 9 y 10 se fundó la “Universidad Popular Alejandro Korn”, un ámbito político y cultural que desde un principio se caracterizó por una gran actividad.
Años después, en 1942, se le impuso su nombre a la Avenida 19. En 1960, a Empalme San Vicente, un pequeño poblado del partido homónimo, se le cambió el nombre por el del reconocido sabio platense que había nacido en esa zona.
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