Modifican el registro de cultivares en Argentina y especialistas advierten sobre sus consecuencias

La nueva resolución elimina los ensayos comparativos de rendimiento, generando incertidumbre en la elección de semillas y trasladando costos a productores y organismos estatales. Expertos alertan sobre su impacto

El 12 de febrero de 2025, el Instituto Nacional de Semillas (INASE) publicó en el Boletín Oficial la Resolución 49/2025, firmada por su presidente Claudio Dunan, que modifica el mecanismo para inscribir nuevos cultivares en Argentina. La principal novedad es la eliminación de los ensayos comparativos de rendimiento (ECR), que hasta ahora eran requisito para el registro de cultivares como trigo, soja, maíz y girasol. Especialistas del sector advierten que la medida genera incertidumbre en la elección de semillas, transfiere costos de las empresas hacia productores y organismos estatales, y puede afectar la competitividad de cadenas productivas clave.

Hasta la entrada en vigencia de la nueva norma, los ECR permitían evaluar el rendimiento de cultivar en comparación con variedades comerciales de la misma especie, además de analizar su calidad y resistencia a plagas y enfermedades. Dependiendo de la cantidad de localidades donde se realizaban, estos ensayos duraban entre dos y tres años. Con la eliminación de este requisito, los productores ya no contarán con información objetiva y pública sobre el desempeño de los cultivares antes de su comercialización.

El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, defendió la medida y cuestionó la necesidad de los ECR con una comparación en redes sociales: “Es como si el @ANMATsalud pidiera estudios de mercado para determinar si un alfajor es rico o no. Eso lo dirá el mercado”. Sin embargo, especialistas señalaron que el rol del ANMAT no es evaluar el sabor de los productos, sino garantizar su calidad y seguridad, algo que ahora quedará desregulado en el caso de las semillas.

El impacto de la resolución genera especial preocupación en la cadena del trigo, que ocupa el séptimo puesto en exportaciones a nivel mundial y es clave para la economía del país. Hasta ahora, los nuevos cultivares de trigo debían ser analizados en aspectos como productividad, sanidad y calidad industrial antes de ser aprobados por la Comisión Nacional de Semillas. Sin estos estudios, no está claro cómo se podrá seguir clasificando la calidad del trigo argentino, lo que podría afectar su valor comercial.

La eliminación de los ECR también implica una transferencia de costos. Mientras antes eran financiados por las empresas que buscaban registrar nuevos cultivares, ahora serán los productores quienes deberán realizar ensayos propios para evaluar el desempeño de las semillas. Asimismo, organismos estatales como la Red de Ensayos Comparativos de Variedades de Trigo (RET), que depende de financiamiento público y privado, deberán asumir parte de esta tarea sin contar con recursos suficientes.

El debate sobre la inscripción de cultivares también abre interrogantes sobre la propiedad intelectual de las semillas y la protección del trabajo de fitomejoramiento. La Resolución 49/2025 destaca que Argentina ha sido epicentro de una "revolución agrícola y del conocimiento", pero los especialistas recuerdan que ese desarrollo se logró bajo normativas previas que exigían ensayos de rendimiento. En este contexto, la eliminación de requisitos históricos genera dudas sobre los criterios que se utilizarán para garantizar la calidad de los nuevos cultivares en el futuro.

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