Parejas: las peleas por las infidelidades en el matrimonio

En Argentina, el debate sobre quiénes son más infieles, si los hombres o las mujeres, sigue generando controversia. Estudios recientes sugieren que, si bien históricamente los hombres han sido más propensos a la infidelidad, en la actualidad las mujeres han acortado la brecha y, en algunos casos, hasta la han superado. Sin embargo, más allá de los números, la infidelidad responde a múltiples factores psicológicos, sociales y emocionales que varían entre géneros y contextos.

Los psicólogos analizan que las motivaciones para engañar son diferentes según el género. Mientras que los hombres suelen buscar variedad y nuevas experiencias, las mujeres se ven impulsadas por la falta de conexión emocional o el sentimiento de abandono en la pareja. “Las mujeres, en general, tienden a involucrarse en relaciones extramatrimoniales cuando sienten que sus necesidades afectivas no son atendidas”, explican los terapeutas. Por el contrario, en el caso de los hombres, la infidelidad muchas veces está ligada al deseo de reafirmar su virilidad o responder a oportunidades circunstanciales.

Desde una perspectiva sociológica, se advierte que la infidelidad femenina ha aumentado a medida que las mujeres han ganado independencia económica y social. “Históricamente, la mujer tenía menos oportunidades y mayor condena social en caso de ser infiel. Hoy, con mayores grados de autonomía, los patrones de comportamiento han cambiado”, sostienen los sociólogos. Aun así, la moralidad en torno a la infidelidad sigue operando de manera diferencial: el engaño masculino sigue siendo más tolerado culturalmente, mientras que el de la mujer aún carga con un mayor estigma.

Por su parte, los coach ontológicos enuncian que, en muchas ocasiones, la infidelidad responde a una crisis de identidad dentro de la pareja. “No siempre se trata de falta de amor, sino de una búsqueda de reconocimiento, de sentirse deseado o de reencontrarse con una versión perdida de uno mismo”, explican. En este sentido, no es raro que muchas personas que son infieles no busquen necesariamente terminar su relación, sino cubrir una carencia interna.

Según estudios, mientras los hombres suelen engañar por deseo de variedad, las mujeres lo hacen por falta de conexión emocional, aunque en ambos casos intervienen factores psicológicos, culturales y ‘situacionales’...

Los terapeutas, por otro lado, señalan un fenómeno curioso: el ámbito del gimnasio y la actividad física se ha convertido en un escenario frecuente de infidelidad. “El cambio físico, el aumento de la autoestima y el hecho de compartir tiempo con otras personas en un ambiente descontracturado generan muchas veces situaciones propicias para el engaño”, comentan. No es casual que muchas relaciones extramatrimoniales surjan en espacios de entrenamiento, donde el contacto corporal y la motivación compartida refuerzan el vínculo.

En definitiva, la infidelidad en Argentina no responde a un solo patrón ni tiene un único culpable. Si bien los estudios marcan que los hombres han sido históricamente más infieles, la tendencia actual muestra que las mujeres también engañan, aunque muchas veces por razones distintas. Lo cierto es que cada caso es particular y está atravesado por una compleja red de emociones, deseos y condicionamientos culturales que desafían cualquier intento de simplificación. Así, más allá de las estadísticas, lo que queda claro es que la infidelidad sigue siendo una de las grandes inquietudes dentro de las relaciones humanas, generando interrogantes que difícilmente tengan una única respuesta.

Algunas infidelidades pueden significar el final de un matrimonio de años / Freepik