Un mimo a la historia: Gimnasia y sus banderas homenajeando al Expreso del '33 y al Lobo del '62
| 15 de Abril de 2025 | 10:25

Cada hinchada hace su fiesta, muestra su color, canta sus canciones. Su historia, sus tradiciones, sus luchas, victorias y derrotas. El validar ese aguante semana tras semana, haya o no haya partido. Acá, allá, ahí. El fútbol se ha hecho parte de la cultura argentina con fuerza desde hace 110 años y no hay quien que no tenga una mínima vinculación con un club. Por cercanía, por gustos, por familia, por estar en contra de, por pertenecer o para no quedar fuera.
El pasado domingo se jugó un nuevo clásico platense y Gimnasia fue el local, en su ya centenario Juan Carmelo Zerillo. Los Triperos empezaron a organizarse semanas antes para recaudar dinero, planificar cómo iba a celebrarse el ingreso del equipo y qué banderas desplegar. El partido que divide a La Plata: Gimnasia - Estudiantes, Estudiantes - Gimnasia. Azul y blanco contra rojo y blanco. Uno no es sin el otro y el otro no es sin su rival.
El objetivo era innovar, claro está. Repetir puede ser efectivo pero ir un paso más allá llama aún más la atención. Y eso sucedió. Más allá de los 16 minutos de bombas de estruendo, fuegos artificiales y columnas de humo azul y blanco, el ojo estuvo puesto en tres banderas. Pero dos fueron un mimo para la historia, y una de ellas que contó con movimiento sobre el total de la Tribuna Centenario -45 metros de tela-.
La historia es eso que nos hace. No olvidar, tener memoria, es parte de la formación de un grupo, de un total, y en este caso de un club. Gimnasia apuntó a dos momentos clave, y no por tener que elegir, sino porque dejaron huella.
El Expreso, ejemplo de lucha
92 años atrás, octubre de 1933. Una de las manchas más negras del fútbol y que aún golpea en Gimnasia. El elenco albiazul, que luchaba por salir campeón, visitó a San Lorenzo en el Gasómetro, el Viejo Gasómetro. Varios fallos arbitrales motivaron a la primera huelga de jugadores: los 11 de Gimnasia plantaron bandera, se sentaron y decidieron no jugar como protesta. Derrota 7-1, pero con un mensaje más que claro.
Los poderosos eran muy poderosos y los que nada tenían menos que nada tenían. El árbitro validó cinco goles que no debía, contra un equipo que se había hecho la fama de 'El Expreso del triunfo' por un título del periodista Carlos de la Púa. Que un equipo no porteño triunfe no era bien visto.
Un equipo del cual sus hinchas, palabra que empezó a utilizarse gracias al hincha pelotas de Nacional de Uruguay en esas épocas, viajaban en ferrocarril, en el expreso, desde la estación de 1 y 44 a Constitución. Detrás de toda esa pasión estaba el genio, el único, el innovador húngaro Emérico Hirschl.
El árbitro de aquel entonces, Alberto Rojo Miró, pasó de buenas actuaciones a polémicas. Días antes, Boca necesitaba ganarle a Vélez para no quedar lejos de Gimnasia: cuando no existían las tarjetas, expulsó a uno del Fortín, caos y 4-0 del Xeneize. Y días después, Atlanta venció a Gimnasia con gol fuera del tiempo reglamentario, con el mismo juez de principal.
Tras ese 7-1 ante San Lorenzo, José Minella, de Gimnasia, declaró: “Ellos jugaron mejor. El triunfo es justo, aunque el juez es muy malo. Lo de Rojo Miró fue la culminación de lo que viene ocurriendo con consecuencias funestas por la pasividad de la Liga para encarar en serio el problema”.
Agustín Selza Lozano, periodista de 'La Cancha', sentenció: “El fútbol argentino tiene su Mahatma Gandhi. Frente a la fuerza omnipotente que Inglaterra ejerce en la India, el apóstol hizo que sus huestes adoptaran una actitud pasiva y de desobediencia civil. El capitán de Gimnasia, José Minella, hizo lo mismo ante San Lorenzo. Cuando un equipo sufría los errores de un referee sin carácter y parcial, sus hombres atinaban, excitados por tan irritantes fallos, a agredir al árbitro. Este sufría a manos de jugadores y sus hinchas el castigo que merece todo juez parcial”.
El árbitro renunció a los cinco meses. Las banderas del Expreso volvieron a flamear, y las injusticias en el fútbol siguen rodando pese a las cámaras que todo lo filman.
El Lobo, el primer Lobo
Gimnasia es el Lobo, como Estudiantes el León. Sin embargo y aunque hace décadas juega y vive en el bosque platense no siempre fue el Lobo.
Si bien hay numerosos antecedentes y registros periodísticos que identifican a Gimnasia con la figura de dicho animal, es a principios de los años 50 que el mote comienza a tomar popularidad de la mano del dibujante Julio César “Pilo” Trouet.
Trouet trabajaba en el diario vespertino El Plata y se encargaba de ilustrar, con distintos personajes, a los clubes de fútbol. Comúnmente, y en la edición de los sábados, acompañaba con sus caricaturas las diferentes anotaciones sobre los partidos a disputarse en la jornada del domingo.
Comentaba al respecto el dibujante: “Si Gimnasia está en el Bosque y es astuto y rápido, tranquilamente se lo puede asociar con la imagen del lobo”.
Es así que el lobo de Trouet comenzó a identificar a los mens sanas y durante la gran campaña de 1962, se popularizó a lo largo y ancho del país.
Aquel dibujo tuvo variantes a gusto de quien lo tomara, pero el tradicional fue el que se vio en la popular de 60.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE