Pesadilla en Altos de San Lorenzo por un robo en plena madrugada

Los ladrones, dos de ellos armados, dijeron formar parte de la temida “banda del tiburón”. El botín fue menor al pretendido

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La inseguridad sigue enquistada en nuestra ciudad y en la localidad de Altos de San Lorenzo hay una sensibilidad aún mayor por la terrible historia que terminó con la vida de Kim Gómez (7).

Desde esa día, el 25 de febrero pasado, ya nada será igual para los vecinos, que viven aterrados ante la creciente amenaza delictiva.

Como muestra de esa grave decisión, se puede citar el caso que acaba de protagonizar una familia, que se convirtió en víctima de la temida “banda del tiburón”.

Las razones por las que el grupo de facinerosos, integrado por cuatro encapuchados, que cubrían sus manos con guantes de látex, se hace llamar así, ahora es motivo de investigación.

Ese detalle figura en la denuncia a la que tuvo acceso este diario, en la que se hizo saber que el ataque ocurrió poco después de las dos de la madrugada cuando todos dormían en una vivienda situada sobre la calle 76 entre 30 y 31.

Un vecino fue el primero en tomar contacto con la Policía, cuando un patrullero llegó a la escena para cubrir el llamado a la central de emergencias 911.

El hombre contó que, cuando guardaba su auto en 31 entre 76 y 77, a la vuelta del domicilio de los damnificados, observó pasar a la carrera al menos a tres personas con ropas oscuras y que no dejaban ver su rostro.

Al parecer, se juntaron en 76 y 30 y, desde ahí, tomaron por 30 en sentido descendente hacia 75.

Instantes después, ya irradiada la novedad de los sospechosos y sus características, la comitiva del Comando de Patrulla tomó contacto con los asaltados.

La primera en hablar fue una jubilada de 67 años, junto a su hija de 37, de profesión arquitecta.

Ambas contaron que, mientras la familia descansaba, aparecieron los encapuchados, dos de los cuales tenían armas de fuego.

Enseguida le reclamaron “el dinero, los dólares y joyas” que tuvieran en el domicilio, al tiempo que se daban a conocer como “la banda del Tiburón”.

Uno de los asaltantes, incluso, mantenía comunicación con el exterior vía handy.

También hubo golpes para la profesional y el padre, de 70 años, aunque no sufrieron heridas de consideración.

El botín fue menor al esperado. Apenas 15 mil pesos y tres celulares. Hasta dejaron el auto -un Fiat Argo- de las víctimas encendido, sin poder sacarlo del inmueble.

Se supo que una ambulancia acudió a la escena, a pedido de la mujer de 37 años, ya que su madre estaba muy nerviosa y el padre había sufrido un reciente problema cerebro vascular.

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