Disney pone pausa a sus adaptaciones de acción real tras el fracaso de “Blanca Nieves”
Edición Impresa | 21 de Abril de 2025 | 04:17

“Blanca Nieves”, la adaptación con actores de carne y hueso del clásico animado, fracasó en la taquilla. Recaudó “apenas” 43 millones de dólares en su primer fin de semana, y si bien alcanzó 150 millones a nivel global, esa cifra, excepcional para buena parte del cine, es poco más de la mitad de lo que costó producirla: 270 millones. Y eso, claro, sin contar los costos de promoción, que habrían llevado al filme a costar cerca de 500 millones de dólares.
Es apenas un síntoma, claro: hace rato que el público viene dándole la espalda a las películas de Disney. Cada estreno se posiciona como la película más vista de esa semana, en parte gracias a un fabuloso sistema de publicidad y lanzamientos en cientos de salas en todo el mundo, pero las cifras de la taquilla vienen enfriándose, al punto de que Disney anunció, muy públicamente, que se alejara de la cultura “woke” en sus películas, en un intento desesperado por recapturar a un público masivo ante un cambio de época.
Las adaptaciones con actores de carne y hueso de los clásicos animados eran parte de ese giro “progre” de la Casa del Ratón: actualizaciones que incluían princesas más independientes, también una Sirenita negra y una Blancanieves latina, que generaron polémica y alienaron al público, en medio, además, de una crisis general en las salas de cine. Lo que comenzó como un proyecto a prueba de balas (volver a estrenar todos su clásicos, pero actualizados, para que los padres vayan con los chicos) terminó convirtiéndose en un proyecto costoso y de poco rédito comercial para Disney.
Entonces, a futuro, la decisión es frenar con las adaptaciones: ya se están produciendo las versiones “live action” de “Lilo & Stitch” (se estrena este año) y “Moana”, y esas continuarán, pero ante este panorama, Disney decidió pausar la producción de la adaptación de “Enredados”, la exitosa película animada de 2010 que narraba las aventuras de Rapunzel. El proyecto ya contaba con el director Michael Gracey y la guionista Jennifer Kaytin Robinson, pero la compañía optó por reevaluar su estrategia de remakes en acción real.
Es apenas un freno, claro, pero el futuro para la compañía no parece claro en ningún frente: el entusiasmo del público por sus principales franquicias, “Star Wars” y Marvel, se ha entibiado tras una sobreproducción de productos mediocres, y hasta Pixar ha sufrido una merma en su calidad en sus últimas entregas. Y la máquina de hacer secuelas y reversiones, además, tiene un límite: ¿volverán las producciones originales?
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