La carga de la deuda externa sobre las finanzas de la Provincia
Edición Impresa | 27 de Abril de 2025 | 05:28

Instituto de Economía Aplicada
Universidad del Este (UDE)
Las finanzas públicas de la provincia de Buenos Aires (PBA) atraviesan una situación compleja. En el marco del ajuste fiscal que encaró el Estado Nacional a partir de la asunción del presidente Javier Milei, los ingresos totales de la Provincia se resintieron en una proporción mucho mayor a los de la Nación. En el acumulado al tercer trimestre de 2024, los recursos provinciales se habían reducido en un 18% en términos reales en relación con igual período de 2023, mientras que los de la Nación habían caído un 6,3%.
Esta disparidad tiene su fundamento en el peso que tienen los recursos de origen nacional en los ingresos totales de la Provincia, con una incidencia de 41%. En este sentido, Buenos Aires fue la jurisdicción que mayor retracción real sufrió en las transferencias automáticas desde Nación (-13,4%), así como también la que, junto a provincias como La Rioja, La Pampa y Formosa, experimentó la mayor caída real (-90,5%) en la recepción de transferencias no automáticas, las que para la Provincia representan más de un cuarto de los recursos de origen nacional que recibe.
El gobierno provincial buscó palear la caída en este influjo de recursos incrementando los esfuerzos en la recaudación de los tributos provinciales. En 2024, la recaudación de la Administración Pública Nacional se redujo un 6,3% en términos reales mientras que los ingresos tributarios de PBA se contrajeron un 2,6%.
Por otro lado, la administración Kicillof decidió recortar los gastos corrientes un 18% y los gastos de capital, vinculados a la obra pública y en los cuales se incluyen las transferencias desde la Nación con este fin, mermaron un 45% en términos reales durante los primeros nueve meses de 2024 en relación con el período enero–septiembre 2023. Esto le permitió al gobierno provincial obtener un superávit primario de casi 1% de los ingresos totales en dicho período, que contrasta con el resultado negativo de 2023.
No obstante ello, no pudo revertir el déficit financiero, que si bien se redujo sustancialmente respecto al 2023, alcanzó el -2,8% de los ingresos totales ya que la carga de los intereses de la deuda pública provincial se contrajo tan sólo un 1,4% en términos reales.
La carga de la deuda pública
Esto nos lleva a analizar un elemento central y permanente de las finanzas públicas de la Provincia: la carga de la deuda pública que condiciona las formas, composición e intensidad en que se puede llevar adelante un ajuste fiscal.
A septiembre de 2024, la deuda pública provincial ascendía a ARS 10,6 billones, equivalentes a USD 10.910 millones o el 4,9% del Producto Bruto Geográfico de la provincia.
Dos elementos resaltan en la composición de esta deuda: el 87% de la misma está denominada y es pagadera en moneda extranjera, principalmente en dólares, por lo que las devaluaciones del peso, para un estado provincial que recauda sus ingresos en moneda nacional, incrementa la carga de esa deuda; por otro lado, el 83% está en manos de acreedores privados y, de este subtotal, el 84% ejerce su acreencia a través de bonos emitidos bajo legislación internacional, en particular la del estado de Nueva York, esto es, cualquier conflicto por este contrato se dirimirá en los tribunales norteamericanos.
Los pagos que insume la deuda pública alcanzaban el 9,7% de los ingresos totales de 2024 y, mirando hacia adelante, los servicios de la deuda externa de la Provincia requerirán USD 1.020 millones por año, en promedio, durante el período 2025-2037. Su perfil de vencimientos concentra el 40% de los mismos en los próximos cinco años y el 60% restante en los años subsiguientes.
Esta deuda externa tomó nuevos bríos con el nuevo ciclo de endeudamiento externo que se inauguró en 2016 con el pago de USD 9.300 millones por parte del Estado Nacional a los holdouts que litigaron en Nueva York por el default de 2001 y que no entraron en los canjes de deuda de 2005 y 2010. Aprovechando el renovado acceso a los mercados internacionales voluntarios de deuda y que el riesgo país promediaba los 440 puntos básicos, el gobierno de la provincia de Buenos Aires emitió, sólo en 2016 y 2017, nueva deuda externa por más de USD 5.000 millones, valor muy superior a los USD 3.500 millones que se habían emitido en los diez años anteriores (2006-2015).
De esta manera, la deuda en dólares pasó de representar el 58% de la deuda pública provincial en 2015, al 84% del total en 2019, mientras que los servicios de esa deuda pasaron del 10% de los recursos totales en 2016 al 20% de esos ingresos en 2019. Cabe resaltar que en ese año, el 81% de los vencimientos se concentraba en los cinco años siguientes. En 2021, en el marco de la crisis global desatada por la pandemia y tras el proceso de reestructuración de la deuda en moneda extranjera con acreedores privados que llevó adelante el gobierno nacional, la provincia de Buenos Aires hizo lo propio con el 68% del stock de su deuda, obteniendo un período de gracia para el pago de capital hasta 2024, una reducción de la tasa anual promedio de la deuda en dólares desde 7,5% a 5,7%, como también triplicó el plazo promedio de dicha deuda, pasando de 3,2 a 10,6 años.
Transcurrido el período de gracia otorgado por la reestructuración de 2021, la carga de los servicios ha disminuido respecto al año 2019 pero la economía bonaerense no ha podido, al igual que la del resto del país, generar una posición sólida para afrontar la carga que la deuda supone. Por ello, a las finanzas de la provincia no sólo le pesa el retaceo de los recursos de origen nacional sino también la carga de su deuda externa.
Buenos Aires fue la jurisdicción que mayor retracción real sufrió en las transferencias
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