Contra la demencia: hallan un aliado inesperado
Edición Impresa | 3 de Abril de 2025 | 01:58

¿Una vacuna para combatir la demencia? Resulta que ya podría existir una: las inyecciones que previenen el doloroso herpes zóster también parecen proteger los cerebros envejecidos.
Según un nuevo estudio, la vacunación contra el herpes zóster redujo en un 20% el riesgo de los adultos mayores de desarrollar demencia en los siguientes siete años.
La investigación, publicada ayer en la revista Nature, forma parte de la creciente información sobre cómo muchos factores influyen en la salud cerebral a medida que envejecemos y qué podemos hacer al respecto.
“Es un hallazgo muy sólido”, afirmó el investigador principal, el doctor Pascal Geldsetzer de la Universidad de Stanford. Y “las mujeres parecen beneficiarse más”, lo cual es importante, ya que tienen un mayor riesgo de demencia.
En el estudio se dio seguimiento a habitantes de Gales que tenían alrededor de 80 años cuando recibieron la primera vacuna contra el herpes zóster del mundo, hace más de una década. Ahora, se exhorta a los estadounidenses de 50 años o más a que reciban una vacuna más nueva, que ha demostrado ser más efectiva contra el herpes zóster que su predecesora.
Los nuevos hallazgos son otra razón para que las personas consideren vacunarse, dijo la doctora María Nagel, del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado, quien estudia los virus que se infiltran en el sistema nervioso.
El virus “es un riesgo para la demencia y ahora tenemos una intervención que puede disminuir dicho riesgo”, expresó Nagel.
“Implicancias profundas”
Con el aumento del Alzheimer y otras formas de demencia en una población envejecida, “las implicancias del estudio son profundas”, escribió el doctor Anupam Jena, médico y economista de la salud de Harvard, en un comentario publicado en Nature.
Cualquier persona que haya tenido varicela alguna vez, es decir, casi todas las que nacieron antes de 1980, albergarán ese virus por el resto de su vida.
Se esconde en los nervios y puede manifestarse cuando el sistema inmunológico se debilita por enfermedad o por la edad, causando llagas dolorosas similares a ampollas, generalmente en un costado del cuerpo, que duran semanas, lo que se conoce como herpes zóster.
Si bien la mayoría de los pacientes se recupera, la enfermedad a veces causa complicaciones severas. Si infecta un ojo, puede causar pérdida de visión. Hasta el 20% de los pacientes con herpes zóster sufren un dolor nervioso insoportable meses o incluso años después de que el sarpullido haya desaparecido.
No está claro exactamente cómo se forman el Alzheimer y otros tipos de demencia. Pero desde hace mucho tiempo, se sospecha que ciertos virus que se infiltran en el sistema nervioso, especialmente los que forman parte de la familia del herpes, incluido el virus de la varicela, se suman a factores genéticos y de otro tipo que vuelven más vulnerables a las personas.
El verano pasado, los médicos del Hospital Brigham and Women’s de Boston informaron que un episodio de herpes zóster podría aumentar el riesgo de demencia de una persona en aproximadamente un 20%.
Esto se debe, en parte, a que ese virus puede causar inflamación, lo cual es perjudicial para los órganos, incluido el cerebro. También puede infectar directamente los vasos sanguíneos cerebrales, causando coágulos e impidiendo el flujo sanguíneo, dijo Nagel, un factor de riesgo de accidentes cerebrovasculares y de demencia.
En un hecho aún más intrigante, su laboratorio también descubrió que el herpes zóster puede estimular la formación de una proteína pegajosa llamada amiloide, que es una de las características del Alzheimer.
Los adultos que reciben las vacunas recomendadas suelen tener otros hábitos saludables para el cerebro, como hacer ejercicio y alimentarse bien, lo que dificulta probar la existencia de un beneficio adicional.
El equipo de Geldsetzer analizó más de 280.000 registros médicos y encontró pruebas de que la vacunación ofrecía cierta protección contra la demencia.
En aquel momento, las personas recibieron una vacuna de primera generación llamada Zostavax. Un próximo paso es probar si la vacuna actual, Shingrix, también ofrece protección contra la demencia, afirmó Nagel.
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