Le exigían dólares para no amputarle los dedos
Edición Impresa | 6 de Abril de 2025 | 03:33

Con pocas horas de diferencia al despiadado asalto a una jubilada en Ringuelet (ver pág. 15), otro vecino de La Plata fue blanco de un dramático robo en su casa que, de milagro, no terminó en lo que podría haber sido una fatalidad.
Inmersos en una ola de asaltos que viene golpeando y -hasta matando- en los últimos meses, no deja de sorprender la violencia y crueldad de quienes se dedican a cometer este tipo de actos. Según pudo saber EL DIA, esta vez tres delincuentes vestidos de negro, con guantes gruesos y armados irrumpieron en un domicilio de calle 11 entre 39 y 40, a seis cuadras de la comisaría Segunda. Con golpes, amenazas y torturas, atacaron a un hombre de 39 años que se encontraba durmiendo.
Los implicados no solo portaban armas de fuego. Por cómo actuaron, parecían ser “profesionales”. Tenían todo bajo control. Sin embargo, hay algo que falló: no encontraron el botín que fueron a buscar, o al menos el que “les fue informado”. Es que según relató la víctima de este dramático episodio, los ladrones ingresaron a su vivienda y lo primero que exigieron fue “los dólares de la venta de un departamento”. “Ya sabemos que los tenés guardados”, repitieron una y otra vez. Lo cierto es que pese a recorrer el inmueble, dicho monto que era buscado, no fue hallado.
Torturas con una tenaza
En base a lo revelado por fuentes policiales, todo sucedió alrededor de las 23.15 del viernes. En medio de la oscuridad y el frío polar que se instaló en la Ciudad, los tres delincuentes lograron ingresar a la vivienda y, sin perder más tiempo, se dirigieron directo a la habitación del propietario. “Quedate quieto y entreganos los dólares de la venta de un departamento”.
Asustado y hasta un poco confundido si realmente era de verdad o una pesadilla, la víctima respondió: “No tengo el dinero”. Pasaron segundos de esta afirmación que uno de los hampones comenzó a pegarle. Primero fueron trompadas en el rostro, luego culatazos y lo peor llegó después: lo torturaron con una tenaza. Querían dólares o le iban a cortar los dedos.
Entregado y a merced de los delincuentes, el damnificado contó que le apretaron los dedos y ofuscados por la negativa del botín, decidieron irse. Eso sí, se llevaron otros elementos de valor, un juego de llaves de la casa y lo ataron de manos. Minutos después la víctima logró pedir ayuda, denunció el hecho y ahora buscan a la banda.
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