Otro robo a mano armada causó pánico en un local de la Av. 122

La inseguridad volvió a golpear con fuerza a los comerciantes de la Región. Esta vez, la escena tuvo lugar en un local ubicado al límite entre La Plata y Berisso, donde dos delincuentes perpetraron un violento asalto en una pañalera ubicada sobre la avenida 122 entre 73 y 74. De acuerdo a lo informado por voceros policiales, el hecho ocurrió en las últimas horas cuando una empleada del local fue sorprendida por un hombre armado que ingresó al comercio y se llevó una importante suma de dinero en efectivo.

La secuencia fue tan rápida como intimidante. Según consta en la denuncia policial a la que tuvo acceso este diario, la víctima se encontraba realizando tareas administrativas dentro del comercio “Pañalera Lean” cuando fue sorprendida por un sujeto que vestía una campera, una gorra negra, y pantalón. Apenas cruzó la puerta, el hombre fue directo al grano: “Dame toda la plata”, le exigió, mientras se tomaba la cintura en un claro ademán de estar armado.

La empleada, que más tarde sería identificada como una mujer, de 33 años, quedó paralizada. El pánico le impidió comprobar si el hombre realmente portaba un arma, pero no dudó en obedecer ante la amenaza. Le entregó 317 mil pesos en efectivo, la recaudación del día, y entonces recibió una nueva orden: “Tirate al piso”, le gritó el asaltante antes de salir corriendo.

Ya en la vereda, lo esperaba un cómplice. Según relató la víctima, se trataba de otro hombre que vestía enteramente de negro y que conducía una moto. En segundos, los motochorros escaparon del lugar a toda velocidad por 122 en dirección a 74, perdiéndose de vista.

Pese al enorme susto, la empleada no sufrió lesiones físicas y logró reponerse lo suficiente como para alertar a las autoridades. En su declaración, aportó datos clave para la investigación. Señaló que el comercio cuenta con cámaras de seguridad externas en funcionamiento y afirmó que reconocería a los agresores, ya que se trataría de delincuentes “conocidos en el barrio”.

El dramático hecho tuvo lugar en una zona que está rodeada de comercios y que, según indican los propios vecinos, es castigada por reiterados episodios de inseguridad. Comerciantes y frentistas han denunciado en varias oportunidades la falta de presencia policial y la sensación de vulnerabilidad frente a una creciente ola de robos. En este contexto, la posibilidad de que los ladrones sean personas conocidas refuerza el temor de quienes deben abrir sus negocios cada día.