Alerta por el auge en el consumo juvenil de cigarrillos electrónicos

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Un informe publicado ayer en este diario determinó que aunque el consumo de cigarrillos tradicionales ha disminuido en los últimos años en el país, los especialistas en cesación tabaquica se muestran preocupados por el crecimiento en el uso de cigarrillos electrónicos entre adolescentes y adultos jóvenes.

Pese a que la importación y comercialización de estos dispositivos está prohibida desde 2011 en Argentina, su consumo no cesa de crecer entre los más jóvenes. Un estudio de la Fundación Interamericana del Corazón reveló este año que el 8,9 por ciento de quienes tienen entre 13 y 18 años de edad los utiliza en un escenario donde la percepción de menor daño convive con la falta de información.

“Aunque todavía no podemos afirmar si el vapeo es más o menos perjudicial que fumar cigarrillos tradicionales, sí sabemos que no es seguro”, advierte un conocido especialista en el tema del tabaquismo. “Los vapeadores contienen nicotina, la misma sustancia adictiva del tabaco, además de compuestos químicos que pueden dañar gravemente el sistema respiratorio, incluso en personas que solo están expuestas al vapor de segunda mano”, alerta el profesional que coordina el Programa de Control de Tabaco del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Cómo se sabe, la mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, cuyos efectos en la salud ya se conocen. Es altamente adictiva y además es tóxica para los fetos en desarrollo. Puede afectar el desarrollo del cerebro de los adolescentes y adultos jóvenes, que continúa hasta los 20 a 25 años. Pero se conoce que también se utilizan otras sustancias en el vapeo, tan adictivas como igualmente perjudiciales.

Lo cierto es que algunos estudios iniciales sugirieron que el vapeo de nicotina puede ser menos dañino que los cigarrillos tradicionales, cuando las personas que fuman regularmente cambian a ellos como un reemplazo. Sin embargo, el vapeo de nicotina también es dañino para la salud y fumadores lo ignoran.

La popularidad de estos productos entre los más jóvenes no es casual. En el intento de atraer a una nueva generación de consumidores, el acceso a la publicidad a través de redes sociales e influencers, el diseño atractivo de los dispositivos, los sabores atrayentes y la falsa sensación de inocuidad los convierten en una peligrosa puerta de entrada al tabaquismo.

Las fuentes médicas sostienen que muchos creen que los vapeadores ayudan a dejar de fumar, “pero no hay evidencia suficiente que respalde esta teoría. Además, esta falsa percepción puede fomentar su uso y ser el inicio de consumidores de nicotina que luego de un tiempo inician el consumo de tabaco, por costos y accesibilidad”, señalaron.

Lo cierto es que el panorama es preocupante. Faltarían profundizar las campañas sobre sus efectos y avanzar en un país “libre de humo”.

 

 

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