Disparos, sangre y amenazas en La Plata: brutal incidente por la compra de un auto
Edición Impresa | 12 de Junio de 2025 | 03:09

Un ataque cargado de violencia y tensión sacudió la tarde del martes en la Ciudad. Era cerca de las cinco de la tarde cuando el dueño de “J y M Automotores”, ubicada en la esquina de 44 y 151, fue sorprendido por un feroz ataque a golpes y disparos en plena vereda.
El agresor, identificado por la víctima como otro empresario del rubro automotor con agencia en Ensenada, llegó en una camioneta Ford Raptor blanca y desató una escena, que rozó la tragedia.
En cuestión de segundos, lo que parecía una discusión comercial terminó en un espiral de violencia con olor a pólvora y sangre.
La víctima estaba acompañado por su cuñado, su socio y un amigo, cuando el atacante se bajó de la camioneta con una furia desatada. Sin dar margen a la palabra, lo encaró con los puños cerrados y comenzó a golpearlo brutalmente. Testigos aseguraron que el damnificado salió con intención de calmar las aguas, pero fue recibido con agresiones desde el primer segundo. La situación escaló de manera dramática cuando, en medio del forcejeo, el agresor volvió sobre sus pasos, se dirigió a su vehículo y extrajo un arma de fuego.
Con el arma en mano, el atacante efectuó varias detonaciones en plena calle, mientras vecinos y testigos buscaban resguardo entre gritos de pánico. Uno de los disparos impactó de lleno contra el vidrio de una camioneta estacionada a pocos metros, mientras otro rozó la pierna izquierda del comerciante, identificado como Diego Gastón Ordinas (36), provocándole un corte profundo de unos cinco centímetros.
La amenaza fue tan contundente como espeluznante: “Ahora vuelvo con los pibes y te mato, te voy a ir a buscar a tu casa”, vociferó antes de subirse a la camioneta y desaparecer a toda velocidad.
En base a la información obtenida, los investigadores deslizaron que un conflicto comercial fue el detonante de la brutal agresión. Según trascendió de fuentes cercanas a la causa, todo se habría originado por una demora en los trámites de traspaso de un vehículo entre ambas partes, lo que habría generado un fuerte malestar en el atacante. Sin embargo, esa explicación parece quedarse corta frente a la ferocidad del ataque. “No se trató de una simple discusión acalorada, sino de un acto de violencia desmedida que dejó a una persona herida, amenazas de muerte explícitas y una cuadra en vilo”, deslizó una fuente con acceso a la investigación.
La Policía ya secuestró dos vainas servidas en el asfalto y trabaja intensamente para reconstruir cada segundo del ataque.
Los investigadores analizan imágenes de las cámaras de seguridad de la zona, algunas de las cuales cuentan con audio ambiente, lo que podría ser clave para esclarecer el contexto y confirmar si hubo más personas involucradas.
Se intenta determinar si el agresor actuó por impulso o si la emboscada fue premeditada.
Mientras tanto, la víctima se recupera físicamente, pero con el miedo instalado: sabe que lo amenazaron de muerte y teme que el próximo capítulo sea aún peor.
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