EE UU: cayó el presunto asesino de la congresista

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El hombre acusado de asesinar a una congresista de Minnesota y de herir a otro fue a las casas de otros dos legisladores para llevar a cabo más homicidios esa misma noche. Sin embargo, uno de los otros legisladores no estaba en su residencia y el sospechoso se fue de la otra casa después de que llegó la policía, señaló ayer el fiscal federal interino Joseph Thompson en una rueda de prensa.

El sospechoso, Vance Boelter, se entregó a la policía el domingo después de que lo encontraron en el bosque cerca de su casa luego de una intensa búsqueda que comenzó a primera hora del sábado cerca de Minneapolis. Está acusado de hacerse pasar por un agente policial, de camuflar un vehículo para simular un patrullero y de asesinar a balazos a la expresidenta de la Cámara de Representantes, Melissa Hortman, y a su esposo, Mark, dentro de su hogar la mañana del sábado en los suburbios del norte de Minneapolis. Las autoridades afirman que también le disparó al senador John Hoffman, un demócrata, y a su esposa, Yvette, quienes resultaron heridos.

Boelter, de 57 años, enfrenta cargos federales de asesinato y delitos de acoso. Ya se le presentaron cargos estatales, incluyendo homicidio e intento de asesinato.

“Boelter planeó su ataque cuidadosamente” investigando a sus víctimas y sus familias, acechando sus hogares y tomando notas, dijo Thompson. Aunque sus objetivos eran dirigentes demócratas y funcionarios electos, Thompson afirmó que es demasiado pronto para especular sobre cualquier tipo de ideología política que pudiera explicar sus motivos.

Thompson dijo que era demasiado pronto para decir si el Departamento de Justicia pediría la pena de muerte, pero señaló que esa era una de las opciones de las que disponía el gobierno en función de las acusaciones.

Los fiscales podrían modificar los cargos imputados en la denuncia criminal a medida que persigan una acusación de un jurado investigador como requisito previo para llevar el caso a juicio. Las autoridades se negaron a nombrar a los otros dos legisladores a los que Boelter supuestamente acechó. Pero estaba claro que los ataques eran por motivos políticos, dijeron.

 

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