Quién era la joven policía que murió tras un grave accidente en La Plata

Nuria Selene Llarena Coolen, una joven oficial de la policía bonaerense, murió en las últimas horas luego de haber luchado por su vida en la cama del Hospital Italiano de Buenos Aires. La agente de 25 años se encontraba internada desde el pasado 13 mayo luego de que, a bordo de una moto en la que circulaba a otro compañero de la Fuerza, protagonizó un grave accidente de tránsito en la esquina de calle 6 y 96, en Villa Elvira.

La víctima era de La Plata, domiciliada en Villa Alba, y durante este tiempo su cuadro nunca mejoró. Al contrario, por su situación crítica se había iniciado una campaña para recolectar sangre, esencial para sostener los tratamientos y cirugías. E incluso una afección del bazo y los riñones motivó una amputación quirúrgica del miembro inferior derecho.

En cuanto al siniestro vial, fuentes oficiales indicaron que tanto ella como su compañero, se encontraban franco de servicio al momento de colisionar con una Peugeot Partner. Como se dijo, la peor parte se la llevó la joven policía, mientras que el conductor de la moto sufrió solo golpes. Las razones del incidente vial son motivo de una investigación judicial, en una causa además que ahora cambiará de carátula tras el lamentable desenlace con muerte.

Tras su deceso, familiares y allegados a la víctima lamentaron su partida y así lo expresaron a través de sus redes sociales. “Te vamos a extrañar mucho, volá alto camarada”, se leyó entre varios de los posteos en Facebook. Previo a eso habían escrito “Pedimos cadena de oración para nuestra compañera quien se encuentra internada en grave estado. No importa tu religión, en este momento necesita de todos”.

Llarena Coolen se convirtió en la víctima fatal número 30 en la Región a causa de un siniestro vial en lo que va de este 2025.

Tal como viene informando EL DIA, en La Plata, Berisso y Ensenada hace varios años se vive una creciente preocupación en materia de seguridad vial. En los últimos meses, los siniestros viales con consecuencias fatales se han convertido en una constante que golpea tanto a las víctimas como a las familias involucradas.

Lejos de tratarse de hechos aislados, los siniestros mortales evidencian un fenómeno estructural vinculado -principalmente- a la ignorancia vial, que sólo podrá disminuir ostensiblemente cuando cada conductor tome conciencia de la responsabilidad que le cabe al circular por la vía pública.