El crimen del estudiante de la UNLP: “Acá mataron a una marica”
Edición Impresa | 21 de Junio de 2025 | 04:04

Mientras a 1278 kilómetros de La Plata, precisamente en la ciudad Cutral Co en la provincia de Neuquén, ayer viernes la familia y amigos le daban el último adiós a Pedro Pablo Mieres, sus allegados de esta Región se volvieron a manifestar en un nuevo pedido de justicia. Al reclamo que el último jueves encabezó la Asociación de Docentes de la UNLP (Adulp), en la jornada de ayer viernes sus amigos y allegados en su vida universitaria y personal, se manifestaron frente al departamento en donde ocurrió el trágico episodio. Allí dejaron velas encendidas y carteles.
En la puerta del domicilio donde ocurrió el cruel asesinato, más precisamente en 115 entre 46 y 47, se leyeron varios carteles junto a velas que se fueron encendiendo en la puerta que da ingreso al inmueble. “Acá mataron a una marica”, fue uno de los mensajes que se leyó, mientras que muchos de los presentes indicaron que -para ellos- se trata de “un crimen de odio por su orientación sexual”. “No le entra a nadie en la cabeza que le hayan hecho tanto daño a Pablo que era pura bondad”, explicaron.
Posteriormente, el grupo se trasladó hacia Plaza San Martín, en donde le rindieron un homenaje a Pablo. “Hubo minuto de silencio, aplausos, llantos”, describió un allegado a Mieres.
Se supo que la familia del estudiante de Biotecnología y, secretario de Asuntos Estudiantiles en la Facultad de Ciencias Exactas, “está devastada”. A La Plata, para los trámites de rigor, viajó el padre y una de sus hermanas. “La mamá quedó en estado de shock”, agregaron fuentes vinculadas a la causa.
La investigación
Las autoridades trabajan para dar con el autor del asesinato de Pedro Pablo Mieres en una construcción de múltiples unidades funcionales sobre la calle 115 entre 46 y 47, donde su departamento tenía acceso independiente del resto de las viviendas. Al cierre de esta edición, no había detenidos.
Se indicó que distintos equipos técnicos analizan imágenes de las cámaras de seguridad del barrio, están tomando declaraciones testimoniales y esperan la respuesta a una serie de informes, que consideran de vital importancia como carga probatoria.
Ante la ausencia del celular de la víctima, que desapareció con el homicida, los detectives intentan reconstruir sus últimos movimientos y contactos desde distintas aplicaciones, canales y soportes informáticos. La principal hipótesis de lo ocurrido ya no apuntaría a un robo. Aunque no se descarta, dejó de ser la pista principal.
Por estas horas, hablan de una situación vinculada a un tema personal de Mieres, cuyo cuerpo desnudo y amordazado, atado de pies y manos y con golpes, dejó un claro indicio de que conocía a quien le provocó el letal cuadro de asfixia por ahorcamiento.
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