Jugó con el corazón pero no le alcanzó
Edición Impresa | 26 de Junio de 2025 | 05:58

River se despidió de pie. Claro que dolió, pero la imagen que dejó en su derrota ante Inter fue digna para el aplauso. Ni hablar en su comparación con Boca. Pero no le alcanzó para meterse en los octavos de final. Sin dudas que aquel empate ante Monterrey fue determinante. Perdió 2-0 contra el subcampeón de la Champions y por la goleada de los mexicanos ante Urawa se acabó el Mundial de Clubes.
En el primer tiempo el equipo argentino jugó con una gran intensidad y eso hizo que las acciones fueran parejas. En este partido los de Marcelo Gallardo mostraron credenciales y demostraron ser un equipo muy serio y con otro nivel respecto a nuestra Liga.
River tuvo una de sus chances más claras con un remate de Franco Mastantuono desde fuera del área que fue bien contenido por el arquero del Inter, Yann Sommer.
Pero el Inter también tuvo su oportunidad, con una internada de Lautaro Martínez que no pudo definir con precisión, siendo su disparo desviado o atajado por Franco Armani. Hubo un par de jugadas individuales de los atacantes del Inter, como un mano a mano fallado por Patrick y una gran jugada por derecha, un centro y un remate de Espósito que también encontró a Armani.
En el duelo en el mediocampo se libró una batalla con ambos equipos buscando controlar la posesión y la salida de la pelota. River ejerció una fuerte presión en el campo rival, mientras que el Inter intentó contragolpear con salidas limpias de balón.
El segundo tiempo se jugó a todo o nada. Empezó mejor River con una infracción sobre Miguel Borja que no fue penal por 5 centímetros. El tiro libre lo pidió Mastantuono y de milagro no empujó Paulo Díaz en el área chica una segunda jugada. Pero respondió el Inter con un tiro de Lautaro en el poste derecho de Armani, que minutos le sacó otro remate de gol al delantero argentino. Esas dos jugadas empezaron a mostrar la diferencia física entre un equipo y otro. Fue el mejor momento del Inter en el juego.
A los 21 minutos se produjo un quiebre: la expulsión de Martínez Quarta que llegó tarde a un cruce desde atrás sobre Mkhitaryan y no hubo mucho para discutir. Todo se hizo cuesta arriba con un jugador menos.
Por eso a los 27 minutos el juvenil Pio Espósito encontró en un ataque colectivo los espacios que antes no había para dejar a Paulo Díaz y definir al palo izquierdo de Franco Armani con mucha clase, para el merecido 1-0 que casi sellaba las chances de unos y otros. El segundo llegó en el descuento`y lo hizo Bastoni ya contra un rival descontrolado y agotado.
River, el mejor equipo argentino, luchó con sus armas y si bien dio en la talla, dejó enevidencia que no existen equivalencias entre sudamericanos y europeos, al menos para los argentinos. No le alcanzó a Marcelo Gallardo con su idea de “otra cultura” para lograr la clasificación. Pero se despidió con grandeza también.
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